Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es9.342**) de infundir con ellos los sentimientos de dignidad del estado que quieren abrazar. Desgraciadamente muchos de ellos que saben mostrarse mansos y humildes ante don Bosco, luego, como me consta, son soberbios, tercos, vanidosos, y todo por falta de una prudente dirección. Me permito, por tanto, repetirle que don Bosco ha hecho y continúa haciendo mucho bien, pero hubiera sido mucho mejor que se hubiera atenido a la primera finalidad de su fundación y no hubiese pensado en formar casi un seminario de clérigos, para quienes ni siquiera ha hecho aún un reglamento. El Instituto, por tanto, tal y como ahora se encuentra, no está de ningún modo apto para ellos, y no se podrá esperar nunca de él un buen resultado para la Iglesia, salvo que los clérigos estén totalmente separados de los jóvenes aprendices de oficios profesionales, y que sean dirigidos por un docto director espiritual, para juzgar si dan muestras de verdadera vocación y si están provistos del espíritu que deben tener los eclesiásticos. Me indica también V. S. Ilma. y Rvma. que el sacerdote don Bosco implora así mismo a Su Santidad la importantísima facultad de otorgar las dimisorias a los clérigos de su Instituto para las sagradas órdenes: confío ((**It9.369**)) que me perdonará si, movido como estoy por el verdadero bien de la Iglesia, me tomo la libertad de presentarle mi manera de ver en tal caso y es que, si don Bosco llegara a conseguir tal gracia, causaría aquí muy desagradable impresión entre el clero y señaladamente entre el Capítulo Diocesano, uno de cuyos miembros, muy poderoso y celosísimo, que prudentemente acaba de ser nombrado prefecto y director del clero de esta ciudad, se lamentó muchas veces conmigo de los abusos de los clérigos del Instituto de don Bosco, indicándome, además, el grave daño que ocasionarían, si los mismos fueran librados de la autoridad del Ordinario. Por cuanto he tenido el honor de exponerle, puede formarse una idea de los abusos existentes en estos clérigos, ya sea en cuanto a los estudios, ya sea en el descuido del verdadero espíritu eclesiástico. Ahora bien: >>qué funestas consecuencias no habría que deplorar, con el tiempo, si se diera a don Bosco la facultad de conceder las dimisorias para las órdenes y se apartase a esos clérigos de la vigilancia y jurisdicción del Ordinario? Esto acarrearía inevitablemente una división entre el clero, perjudicaría la disciplina eclesiástica, abriría el camino para los abusos, además del daño que causaría a la autoridad episcopal. Y con respecto a este último punto no creo poderme dispensar de señalarle que este señor Arzobispo, conociendo el poco progreso en los estudios y en la disciplina eclesiástica de los clérigos de este Instituto, les obligó, para los exámenes y para las órdenes, a las mismas normas de los clérigos de la diócesis, disponiendo muy sabiamente, y con la aprobación de todos los buenos, que antes de ser admitidos a las sagradas órdenes se les obligara a pasar un año en el seminario diocesano. Estas disposiciones del Arzobispo no tuvieron la aprobación de don Bosco, el cual sigue todavía lamentándose de que el Arzobispo es poco favorable a su Instituto, que sus clérigos son objeto de discriminación por parte de profesores y examinadores y que, si esto sigue así, se verá obligado a cerrar el Instituto por culpa del Arzobispo. Estas quejas me las manifestó don Bosco a mí mismo, hace unos meses, pero pudo convencerse de que yo no era de la misma opinión. Además de esto, me tomo la libertad de indicarle otra circunstancia, y será la última para no abusar de la bondad de V. S. Ilma. y Rvma., pero me parece que será oportuna para poner más luz en el hecho y darle a conocer cómo van aquí las cosas. A la vuelta de su último viaje a Roma, que tuvo lugar, si no me equivoco, en la (**Es9.342**))
<Anterior: 9. 341><Siguiente: 9. 343>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com