Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es9.265**) día vino a mí y me contó el doloroso estado de su hijita. Yo pensé invitarla a ir hasta Turín y dirigirse a la iglesia de María Auxiliadora. Obedeció la piadosa mujer, y en pocos días se cumplieron en ella los prodigios de la fe puesta en María. Yo mismo vi a la joven (entonces mi inquilina), que, loca de alegría, me tendió su mano ya curada y, al mismo tiempo, juntamente con sus padres, bendecía de corazón a la Santísima Virgen y recordaba agradecida el nombre de María Auxiliadora, a quien atribuía el señalado favor. >>Como devoto de María y solamente para su honor y gloria, acepté gustoso la cortés invitación de escribir brevemente la presente relación concerniente a la jovencita Carolina Brusa, de Carignano. En el altar de María hay una mano tallada en plata, como imperecedero recuerdo de la gracia recibida>>. Así lo manifiesta Domingo Fea, testigo ocular del hecho de Carignano, en nombre de la familia y de todo el vecindario. A las cuatro de la tarde monseñor Galletti pontificó en las vísperas y predicó monseñor Gastaldi. Comenzó éste con las palabras de san Bernardo: Totum nos (Deus) habere voluit per Mariam (Dios quiso dárnoslo todo por medio de María). Recordó algunos de los más célebres monumentos que atestiguan la ininterrumpida serie de gracias que en todo tiempo alcanzó María en las diversas ((**It9.280**)) partes del mundo para sus devotos; habló de Turín y de la nueva iglesia, que de modo providencial pudo construirse en tan corto espacio de tiempo. No sabemos los miles de personas que oirían el sermón; pero era mayor el número de los que esperaban fuera, para poder entrar de alguna manera en el sagrado recinto. Ciertamente se debe atribuir a una especial protección de la Virgen María que, en medio de tanta gente, no hubiera que lamentar el más mínimo desorden en la iglesia, ni fuera de ella. Todos buscaban con paciencia satisfacer su propia devoción y nada más. Después de la plática, monseñor Galletti impartió la bendición con el Santísimo Sacramento. A las siete hubo festival gimnástico en el patio, ante un público numerosísimo. Lo dirigían Anfossi y Villanis. Además de los alumnos, asistían muchos forasteros. Entraron primero en el campo los muchachos de Lanzo y se colocaron en fila divididos por compañías. Sus ejercicios consistieron en variadísimas evoluciones. Era admirable la perfecta y exacta obediencia a la voz del que ordenaba los movimientos. Después de los de Lanzo se presentaron los gimnastas del Oratorio, que hicieron ejercicios acrobáticos, con elegancia, (**Es9.265**))
<Anterior: 9. 264><Siguiente: 9. 266>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com