Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es8.728**) -Pero >>estáis en el Paraíso gozando de Dios o en el Purgatorio? -Estoy en un lugar de salvacíón; pero aún no he visto a Dios y necesito que recéis por mi. ->>Y cuánto tiempo tendréís que estar todavia en el Purgatorio? -íMirad aquí! Y me mostró un papel, añadiendo: -íLeed! Tomé el papel en la mano, lo examiné atentamente, pero no viendo en él nada escrito, le dije: -Yo no veo nada. -Mirad lo que hay escrito; leed. -Lo he mirado y lo estoy mirando, pero no puedo leer, porque no hay nada escrito. -Mirad mejor. -Veo un papel con dibujos en forma de flores celestes, verdes, violáceas, pero no veo ninguna letra. -íSon cifras! -Yo no veo cifras, ni números. Miró el prelado el papel que tenía yo en la mano y dijo después: -Ya sé por qué no comprendéis; poned el papel al revés. Examiné la hoja con mayor atención, la volví por ambos lados, pero ni al derecho ni al revés pude leer. Solamente me pareció apreciar que entre las vueltas y las revueltas de aquellos dibujos floridos, hubiere el número 2. El Obispo continuó: ->>Sabéis por qué es necesario leer al revés? ((**It8.856**)) Porque los juicios de Dios son diferentes de los del mundo. Lo que los hombres toman por sabiduría es necedad para Dios. No me atreví a pedirle una explicación más clara, y dije: -Monseñor, no os marchéis; quiero preguntaros más cosas. -Preguntad, pues; yo escucho. ->>Me salvare? -Tened esperanza en ello. -No me hagáis sufrir; decidme enseguida si me salvaré. -No lo sé. -Al menos, decidme si estoy o no en gracia de Dios. -No lo sé. ->>Y mis muchachos, se salvarán? -No lo sé. -Por favor, os suplico que me lo digáis. -Habéis estudiado Teología, y por tanto podéis saberlo y daros la respuesta vos mismo. ->>Cómo? >>Estáis en un lugar de salvación y no sabéis estas cosas: -Mirad, el Señor se las hace saber a quien quiere; y cuando quiere que se den a conocer estas cosas, concede el permiso y da la orden. De otra manera nadie puede comunicarlo a los que aún viven. Yo me sentía impulsado por un deseo vehemente de preguntar más y más cosas ante el temor de que Monseñor se marchase. -Ahora, decidme algo de vuestra parte para comunicarlo a mis muchachos. (**Es8.728**))
<Anterior: 8. 727><Siguiente: 8. 729>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com