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((**Es8.347**) contribuido a ayudar a ese muy apreciado Oratorio, mediante el conocimiento que le dieron de sus parientes y amigos. Ya sabía que mi cuñado y mi hermana habían tenido una gran satisfacción con onor de conocerle y oírle contar tantos sucesos sublimes y edificantes de la vida del bonísimo don Bosco; así que le agradezco mucho haya aceptado mi carta para los mismos y se la haya entregado con tanta diligencia. He recibido esta misma mañana una carta de mi hermana... Me dice que ha sabido por la marquesa de Villa Ríos que don Bosco había estado ((**It8.404**)) enfermo y que esto la tenía muy preocupada; esta noticia me ha causado un gran disgusto; la vida de este santo hombre es muy preciosa. El está en situación de ayudar tanto a la humanidad en estos tristes momentos con sus obras, sus ejemplos y consejos, que el oír que está ligeramente delicado es algo muy doloroso para los que tienen la fortuna de conocerlo. Quisiera me tranquilizase sobre el estado de vida tan preciosa... Ruégole diga a don Bosco que no tengo palabras para agradecerle el sumo favor que me hace rogando cada día en la santa misa, para que María Santísima tome bajo su especial protección a mis hijos acampados. Agradezco también a usted, señor Conde, haberme comunicado esta buena noticia, que me ha dado fuerza y ánimos en estos tristes días. Hasta ahora mi hijo mayor no se ha visto expuesto a peligros, porque forma parte del IV Cuerpo del Ejército, pero de ahora en adelante, habiendo pasado el Po, puede de un momento a otro ser llamado al frente de batalla. El otro está todavía aquí en el depósito del mismo Regimiento, y como simple soldado, aprendiendo la instrucción, pero temo que pronto también él tendrá que partir. Le recomiendo a los dos a las oraciones de don Bosco y a las suyas, señor Conde, y le ruego me obtenga el Señor la resignación y la fuerza para sobrellevar ésta y las demás cruces que El me quiera mandar como reparación de mis faltas. Tenga la bondad de presentar a don Bosco mis obsequios, y créame siempre, De usted, amabilísimo señor Conde, Su segura servidora VIRGINIA DE CAMBRAY DIGNY Con predicción consoladora el Siervo de Dios había devuelto en estas circunstancias la paz al corazón de una madre, esposa de un nobilísimo dignatario de la Corte. Su hijo segundo, entusiasmado por la guerra, había huido de casa para enrolarse en las filas de Garibaldi. La señora, desconsolada, escribió inmediatamente a don Bosco, el cual le respondió a vuelta de correo, que desechase de su ánimo todo temor, pues su hijo volvería a ella mejor de lo que era antes de partir. Efectivamente, los jefes de su cuerpo de alistamiento, al leer el apellido de aquel joven, le llamaron, le pusieron a parte, no le dejaron partir con los voluntarios y le agregaron al estado mayor del distrito. Quedó así fuera de todo peligro y, luego, fue condecorado con el grado de oficial y tuvo tiempo para pensar en el dolor ocasionado ((**It8.405**)) a sus padres. Como era bonísimo de corazón, se arrepintió vivamente de su (**Es8.347**))
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