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((**Es7.576**) Antes de dejaros ir a descansar, quisiera libraros de un gran engaño que está en la mente de los jóvenes. Dicen algunos que para comulgar con frecuencia es necesario ser santos. íNo es verdad! íEso es un engaño! La comunión es para quien quiere hacerse santo, no para los santos; las medicinas se dan a los enfermos, se da el alimento a los débiles. íOh, qué feliz sería yo, si pudiera ver encendido en vosotros el fuego que vino el Señor a traer a la tierra! Ignem veni mittere in terram et quid volo nisi ut accendatur! (He venido a traer fuego sobre la tierra y ícuánto desearía que ya estuviera encendido!). 19 de junio. Mañana es la fiesta de Nuestra Señora de la Consolación y quiero recomendar a ella el éxito de vuestros exámenes. He de deciros que este año, puesto que las escuelas están legalmente aprobadas, hay que rendir los exámenes con toda regularidad. Así que nadie espere obtener favores; no habrá rigor, pero tampoco indulgencia, se realizarán las cosas paternalmente pero con justicia. En lo que habrá menos indulgencia será en las calificaciones de conducta. Por esto, la gracia que pediréis a María Santísima ha de ser: que os ayude en los exámenes. Por mi parte deseo que todos seáis aprobados y que podáis pasar bien y alegremente vuestras vacaciones, a satisfacción vuestra y de vuestros padres. Os doy todavía la flor para mañana. Pedid a María Santísima la gracia de comulgar frecuentemente, pero siempre bien y con el alma dispuesta. No digo que mañana comulguéis todos, no; sino que os preparéis para comulgar siempre bien. Y para ello imaginaos que no es el sacerdote, sino la misma Virgen Santísima quien viene a entregaros la Hostia Santa. Ninguno tendrá el atrevimiento de herir al corazón de Jesús que está en los brazos de María. ((**It7.680**)) 20 de junio. Mañana es la fiesta de san Luis. Aunque nosotros trasladamos para otro día la solemnidad, con todo mañana es el día de su muerte. Ciertamente se le podrán pedir gracias el día en que celebremos nuestra fiesta, pero como puede suceder que en el aniversario de su entrada en el paraíso nos estén preparadas gracias especiales, yo desearía muchísimo que pidieseis a san Luis una gracia especial, a saber, la de apartar vuestro corazón de las cosas de la tierra. Parece que no tenga mucho interés para vosotros esta petición, porque ordinariamente los jóvenes no tienen el corazón apegado al dinero; más aún, cuando contáis con una moneda vais enseguida a gastarla en cerezas. Y, sin embargo, esta petición importa muchísimo también para vosotros. Por desasimiento del corazón de las cosas de la tierra, entiendo el alejamiento de las personas menos buenas, de los placeres ilícitos, de las amistades particulares; la templanza en las comidas y bebidas que para vosotros son ocasión de glotonería; el desprendimiento, aunque no fuese más que de un vestido, de cuatro trapos por los cuales os dejáis dominar con el afán de figurar y presentaros elegantes y la ambición de parecer unos señoritos. Si tenéis el corazón apegado a todo esto, es un gran mal para vosotros. Pedid, pues, esta gracia a san Luis. íAh! Qué bien describe aquel infensus hostis gloriae 1 el desasimiento del corazón 1 Infensus hostis gloriae (Gran enemigo de la gloria mundana): son las primeras palabras del himno de la fiesta de san Luis Gonzaga. (N. del T.). (**Es7.576**))
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