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((**Es7.264**) >>-Pues bien, escucha. >>E, inclinándose, le dijo al oído: >>-Para estar aquí es preciso que no hagas esto ni aquello... >>El muchacho alzó la cabeza, como espantado, y replicó: >>-Pero quién le ha dicho a usted eso? >>-Quién me lo ha dicho? íYo que lo sé! >>-íAh! íNo quiero quedarme aquí: no! >>-Y por qué? >>-Porque, si usted sabe eso, yo no quiero quedarme. >>Y corrió junto a su padre y no hubo modo de que se quedara>>. El día establecido empezaron las clases y don Bosco puso como Director de estudios a don Miguel Rúa. Pero los profesores no tenían los títulos legales. Anteriormente las autoridades escolásticas, no habían molestado a don Bosco, pero en el curso escolar 1861-62 empezaban a dar razón de su existencia. Había sido avisado con la siguiente carta del Delegado provincial de enseñanza, Juan Francisco Muratori. ((**It7.305**)) R. DELEGACION DE ENSEÑANZA DE LA PROVINCIA DE TURIN N. 613. -Objeto Estadística -Circular N. 19, Serie 2.¦ Turín, 28 de marzo 1862 En los dos módulos adjuntos a la presente circular se indican los detalles que el Ministro de Instrucción Pública urge se le presenten, lo mismo en cuanto al personal directivo docente y de servicio de ese colegio, que en cuanto al número de alumnos y oyentes de cada clase, la cuota y el origen de los fondos del mismo. Ruega, por tanto, el abajo firmante a V.S. se digne rellenar dichos módulos y enviarlos dentro de un plazo no superior a los cinco días de la recepción del presente oficio. En el caso de que no haya espacio para anotar todos los detalles y observaciones que usted estime oportuno comunicar, corre de su cuenta hacer una relación especial sobre el particular. El R. Delegado de enseñanza MURATORI Así las cosas, don Bosco envió al Delegado una relación detallada de sus escuelas privadas, según la cual resultó que los maestros no poseían ningún título legal para enseñar. Pero le dejó en paz durante algún tiempo, de acuerdo con su declaración de que estaba dispuesto a recibir los maestros que le fueran asignados por el Ministerio: haciendo, sin embargo, observar que no podría asignarles más estipendio que un puesto en el paraíso, si trabajaban para la mayor gloria de Dios. (**Es7.264**))
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