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((**Es6.743**) ganaron algo; después, globos y fuegos sin número, y tanto concurso de señores y parientes, que casi ya no se veía nuestra familia. Duró la fiesta hasta más tarde de las diez; después se rezaron las oraciones, con las que concluyó la fiesta y la jornada. También aquí faltó Severino; los amigos preguntaban repetidas veces por el compañero Rostagno. Lo cual quiere decir que las distancias no separan ni dividen a los amigos que se quieren en el Señor. Ahí tienes lo poco que puedo contarte de nuestras fiestas, que si no ofrecen nada delicioso a los ojos del mundo, son, sin embargo, queridas y apreciadas por los que conocen y viven el espíritu de esta casa y la pureza de intención en la santa alegría. Supongo te agradará saber esto poco que te cuento. Se habla y se reza a menudo de ti y por ti, se espera tenerte pronto entre nosotros, mientras tanto no te olvides de nosotros ante el Señor y especialmente de mí ante María refugio de los pecadores; y te ruego en particular que tengas a bien rezarle por mí la salve, que rezarás después del rosario. Que el Señor te asista y te ayude a llevar tu cruz; que El alivie su peso y, si quisiera que yo la compartiese contigo, la aceptaría con gusto; pero tal vez no sea yo digno de ella, y no la llevaría con resignación, y el Señor, por su misericordia, me ahorra tantas impaciencias. Los compañeros, especialmente los mejores y los que están más unidos contigo al Señor, te saludan; don Bosco, e igualmente todos los superiores, te desean resignación en el presente y confianza en el porvenir. Te saludo de corazón y, rogándote que presentes mis obsequios a tu señora madre, me profeso en Jesús y María. 1 de julio de 1861. Tu afectísimo y sincero amigo FEDERICO OREGLIA Al señor Severino Rostagno-Pinerolo. ((**It6.984**)) Llegaba a su fin el curso escolar, pero no sin añadir a las dos <> (Malattie) enfermedades y moralidad, una <>, es decir deplorable rivalidad, como lo había anunciado don Bosco. Bajo su dirección y administración y la de sus clérigos, con la disciplina y método de educación, que se empleaba en el Oratorio, el Seminario menor de Giaveno se había encaminado tan bien que recibía las más consoladoras noticias del curso 1860-61, por el número de alumnos, la conducta moral de los mismos y el éxito en sus exámenes. <>. Don Bosco, como superior que era y como tal reconocido por la comunidad, había hecho dos visitas a los alumnos del Seminario (**Es6.743**))
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