Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es6.694**) el particular reservadamente, sabía indicar el nombre del interesado y el oficio que en el campo de trigo desempeñábamos muchísimos de nosotros, dando al mismo tiempo la oportuna explicación. >>Empleó el siervo de Dios en contar este sueño tres noches consecutivas, sirviendo su relato para nuestros comentarios generales y dando pie para frecuentes conversaciones entre los jóvenes del Oratorio y nuestro buen padre, quedando todos persuadidos de que en él se le había manifestado, no sólo el porvenir del Oratorio, sino también el de toda la Congregación. Don Bosco se complacía en repetir a sus íntimos las descripciones del campo, cubierto de mieses ondulantes, de las diversas actitudes de los segadores y de los que distribuían las hoces. >>Aseguraba entonces que nuestra Pía Sociedad, tan combatida y obstaculizada, sería aprobada a pesar de todas las probabilidades en contra, y pese al parecer de muchos, considerados como personas doctas y prudentes, subsistiría, progresaría grandemente alcanzando un gran incremento; cosas todas que yo ((**It6.920**)) oí a mis compañeros y repetidas veces al mismo siervo de Dios>>. Respecto a los tres jóvenes que tenían el monazo sobre las espaldas, don Francisco Dalmazzo atestiguaba bajo juramento; <>-No eres tú. >>Habiéndose encontrado después, casualmente, en el patio, en ocasiones distintas, con aquellos tres infelices, les advirtió de la realidad del desgraciado estado en que se encontraban. Uno de ellos era condiscípulo mío y me lo dijo a mí confidencialmente, manifestándome su admiración de que don Bosco pudiese conocer aquellas cosas. >>Por otra parte, yo también tuve algunas pruebas personales sobre la facilidad con que don Bosco escudriñaba los corazones, pues repetidas veces me reveló el estado de mi conciencia, sin que yo le hubiese preguntado nada. La misma impresión tenían algunos de mis compañeros, los cuales confesaron ingenuamente que, a pesar de haber callado en la confesión pecados graves, don Bosco había sabido ponerles de manifiesto con toda precisión, el estado en que se encontraban>>. De uno de los cuatro encadenados tuvimos noticias por el teólogo Borel. (**Es6.694**))
<Anterior: 6. 693><Siguiente: 6. 695>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com