Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es6.32**) y goces, pobreza y riqueza, vicio y virtud. La verdadera caridad, ni palabrera ni sierva de la moda, sino sencilla y sincera como la fe, consiste principalmente en sacrificarse a sí mismo en pro de los que sufren y juntar en un solo haz el alivio espiritual y material. Y no bastan para esto las prudentes leyes y las más estudiadas medidas de la humana sabiduría, si no las vivifica aquel fuego que sólo se enciende en el corazón de los que, al pie de la cruz, comprendieron el inefable precepto del amor. Por eso yo no puedo resignarme al ver en nuestros días, por no sé qué perversidad de juicio o malhadado partidismo, hecho blanco de las iras y mofas de algunos al clero católico que en toda época y en todas partes realizó tan grandes e inauditos prodigios de caridad. Y he aquí que, pasando por alto a otros muchos, tenemos en nuestra Turín a un humilde sacerdote que, confiando únicamente en la Providencia, concibió la caritativa empresa de reunir a su alrededor a cuantos muchachos encuentra vagabundeando por las calles, entregados al ocio, faltos de recursos, desconocedores de su origen divino y de la preciosa herencia para la que fueron creados. No se desalienta ante las dificultades que tropieza a cada paso, sacrifica todo lo que para sí pudiera ganar, y actuando con una solicitud, que no conoce reposo ni cansancio, consigue ver cumplido en parte un santo deseo y premiada su constancia. A su voz de apóstol, a la afectuosa elocuencia que brota de su corazón, doblégase obediente la bulliciosa juventud, se apiña a su alrededor y escucha con respeto sus consejos. La rústica casita de antaño, mal defendida de los vientos y de los abrasadores rayos del sol, se va agrandando como el grano de mostaza del Evangelio y se va acondicionando para más cómoda vivienda. La diminuta familia crece hasta alcanzar más de doscientos jóvenes a los que, ((**It6.27**)) como a las avecillas de la floresta, provee Dios del sustento necesario. Contigua al internado se levanta una iglesita a donde va el huerfanito a verter sus lágrimas y sus plegarias a los pies de la Virgen, las cuales, más agradables que los perfumes e inciensos, recaen como lluvia de celestes gracias sobre los bienhechores de la niñez desvalida. Hay allí escuelas de bellas artes y una palestra literaria, estudios clásicos y toda fuente de lo bello y de lo bueno, lo cual será motivo de satisfacción para la patria, acarreará ventaja y honra a las familias pobres, y el ver frutos tan abundantes cuando sólo se comenzaba a esperarlos, será para el solícito Director un anticipado premio a sus virtudes. Tal vez para alguno de estos muchachos deslizábase triste y afanosa la vida entre las paredes de su casa; sin la alegría de los padres, sin la ternura de una madre, sin la sonrisa de los familiares; sólo con gritos, miseria y sufrimientos que enturbiaban la serenidad. Lo vio el apóstol, lo estrechó entre sus brazos con amor de padre y lo acogió gozoso en el Oratorio, donde con gran ternura se educan las mentes tiernecitas y se doblan temprano al suave yugo del Señor, se las encamina con solicitud por el recto sendero, según atestiguan los muchos que ya salieron convertidos en piadosos y celosos eclesiásticos, en religiosos y misioneros por lejanas tierras, en militares intachables en medio del licencioso ambiente de los campamentos, en honrados y diestros obreros, padres de familia, ejemplo de sus hijos en toda virtud pública y privada. Pues bien, entre todos los días del año hay uno por mucho tiempo esperado, saludado y aclamado con transportes de júbilo por los muchachos de Valdocco. Es el día de la fiesta de san Luis Gonzaga, patrono de la juventud. Para celebrarlo se ponen en movimiento, con mucho tiempo de anticipación, los instrumentos de música y laúdes, panderetas y violonchelos armonizan dulcísimas sinfonías, y se inspira el genio de los poetas para cantar al Santo tutelar. Ya para las(**Es6.32**))
<Anterior: 6. 31><Siguiente: 6. 33>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com