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((**Es6.21**) hacer las camas, limpiar los trajes, explicar las dificultades de las lecciones; a consolar a los afligidos con buenas maneras, contándoles historietas, haciéndoles de mediador con los superiores; a dar clase de catecismo a los externos y enseñarles a cantar; a servir a los enfermos y asistirlos de noche; a perdonar ((**It6.10**)) de buen grado cualquier ofensa. Con estos buenos modos habíase ganado las simpatías de todos y se valía de esta influencia para el bien de las almas con avisos, invitaciones, ruegos, y promesas, regalos, cartitas, bromas y prudentes reproches. íSólo Dios sabe el mal que impedía y el bien que hacía! No nos entretenemos en referir hechos particulares, pero no podemos omitir un documento inédito que merece se conserve. Cierto condiscípulo de Magone, Mateo Galleano, escribió a don Bosco una carta, de la que entresacamos dos hermosos hechos: El primero es que, en cierta ocasión, tenía Magone en la mano una velita como de cuatro dedos de larga y me invitó a ir con él a la iglesia para rezar por los pecadores. Movido por sus amables palabras, acepté. Una vez en la iglesia, fuimos al altar de la Virgen, y después de encender la vela, rezamos la tercera parte del rosario. Estaba yo cansado de rezar y me iba a marchar, cuando él, con mucho garbo, me exhortó a seguir y rezamos hasta que se consumió toda la vela. El segundo hecho es el siguiente. Un sábado por la noche, después de cenar, estaban en el locutorio muchos alumnos de la sección de aprendices; tocó la campanilla para las confesiones, pero ellos no querían ir y seguían jugando a la <>. 1 Magone, saludó amablemente a unos y otros; los animó a ir a reconciliarse con el Señor, pero en vano. Entonces se puso a jugar con ellos como un cuarto de hora y después les dijo: -Venid conmigo al mirador del segundo piso. Todos se fueron con él, creyendo que quería seguir jugando en aquel lugar. Pero él que los llevaba allí intencionadamente, al llegar a la puerta del cuarto de don Bosco, tanto insistió que los metió a confesarse. ((**It6.11**)) La encantadora bondad de Magone y de otros de sus compañeros florecía y daba opimos frutos gracias a la obediencia que prestaban, no sólo a los mandatos, sino hasta a los consejos de don Bosco. 1 La motta. Juego entre dos personas que a un mismo tiempo dicen cada una un número que no pase de diez e indican otro con los dedos de la mano, y gana el que acierta el número que coincide con el que resulta de la suma de los indicados por los dedos. (N. del T.)(**Es6.21**))
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