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((**Es5.274**) como los demás, empezó a prestar atención a los acontecimientos. Finalizó el año de 1854; pasaron algunos meses del 1855 y llegó el mes de octubre, esto es, el correspondiente a la luna vigésima. Clagliero, ya clérigo, había sido encargado de vigilar tres habitaciones situadas en la antigua casa Pinardi, que servían de dormitorio a algunos muchachos. Había entre ellos un tal Segundo Gurgo, natural de Pettinengo, en la región de Biella, que contaba unos diecisiete años, bien desarrollado y robusto, prototipo del joven lleno de salud, que ofrecía garantías por su aspecto de poder vivir larga vida y alcanzar una extrema vejez. Su padre lo había recomendado a don Bosco para que lo aceptase como interno. Era un pianista excelente y un buen organista; estudiaba música de la mañana a la noche y ganaba sus buenos dineros dando clases en Turín. Don Bosco, a lo largo del año, había pedido de vez en cuando al clérigo Cagliero informes sobre la conducta de sus asistidos con particular interés. En el mes de octubre lo llamó y le dijo: ->>Dónde duermes? -En la última habitación, y desde ella asisto a las otras dos, replicó Cagliero. -Y >>no sería mejor que trasladases tu cama a la habitación del centro? -Como usted quiera; pero le hago saber que las otras dos habitaciones no tienen humedad, mientras que una de las paredes de la segunda corresponde al muro del campanario de la iglesia recientemente construido. Por tanto, hay en ella un poco de humedad: se acerca el invierno y podría acarrearme alguna enfermedad. Por otra parte, desde donde estoy instalado ahora, puedo asistir muy bien a todos los jóvenes de mi dormitorio. -En cuanto a asistirlos, sé que lo puedes hacer bien, pero creo que es mejor que te traslades a la habitación del centro. ((**It5.380**)) Cagliero obedeció, pero después de algún tiempo pidió permiso a don Bosco para llevar su cama de nuevo a la habitación anterior. Don Bosco no se lo consintió. -Continúa, le dijo, donde estás y duerme tranquilo, porque tu salud no se resentirá lo más mínimo. El clérigo Cagliero se tranquilizó, y algunos días después fue llamado por don Bosco. ->>Cuántos sois en tu nueva habitación? (**Es5.274**))
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