Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es5.179**) Uno de aquellos días, quedóse don Bosco en el comedor, después de la cena. Rodeábanle los clérigos Turchi, Reviglio, ((**It5.239**)) Angel Savio, Francesia, Cagliero, Rúa y otros. Hablábase de la ley y de pronto dijo: -Sólo falta la firma de Víctor Manuel para que muchos conventos sean deshechos. Si yo pudiera hablar al Rey, le diría: Majestad, no firméis esa ley, porque si lo hacéis, firmaréis muchas otras desgracias sobre Vos y sobre vuestra familia. Algunos de los presentes le preguntaron: ->>Y no estaría bien que alguno de nosotros escribiera al Rey? -Ciertamente; tú, Savio, >>te atreverías a escribirle? -Yo sí, respondió Angel Savio; usted dirá. -Escribe, pues, así: <<íSagrada y real Majestad! Me encontraba ayer en una conversación en la que estaba presente don Bosco. Hablábase de los temas del día y de la ley Rattazzi aprobada por el Senado. Don Bosco dijo: ``Si yo pudiera hablar con el Rey, le diría: Majestad, no firméis la ley de supresión de los conventos, porque si lo hacéis, firmaréis muchas otras desgracias sobre Vos y sobre vuestra familia''. Os lo advierto como súbdito fiel, que os ama y obedece>>. El clérigo escribió y firmó: Angel Savio de Castelnuovo de Asti. Pero, después de enviar esta carta, don Bosco aún no quedó satisfecho. Movido por una santa e impaciente emoción, escribió otra en latín, en la que repetía la frase: <>. (Dice el Señor: habrá males sobre males en tu casa.) Ya no suplicaba, sino que amenazaba con más graves castigos si firmaba la ley. La envió en seguida a uno de los jefes de servicio de cámara, persona de mucho crédito en el palacio real y de la confianza del Rey. Se llamaba Occhiena, era de Castelnuovo, amigo suyo, algo pariente, y ((**It5.240**)) sus hijos frecuentaban el Oratorio. El Rey había salido aquel día para Susa. El señor Occhiena recibió la carta y respondió al portador: -Muy bien, di a don Bosco que, apenas vuelva el Rey, se le entregará. Voy a ponerla en su despacho. -Es urgentísima: precisa que el Rey la lea en seguida. -Entonces di a don Bosco que esté tranquilo; se le enviará la carta inmediatamente. Llamó a un paje, mandóle ensillar un caballo y le entregó la carta. El paje alcanzó al Rey en San Ambrosio. -Una carta para su Majestad. (**Es5.179**))
<Anterior: 5. 178><Siguiente: 5. 180>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com