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((**Es4.543**)((**It4.710**)) CAPITULO LX HISTORIA DE UN PERRO SE lee en la santa Biblia y en la Historia Eclesiástica que, en ocasiones, se sirvió Dios de medios extraordinarios, de los animales, para defender a sus siervos. Estaba burlándose del profeta Eliseo una pandilla de muchachos irreligiosos e insolentes, cuando he aquí que salieron dos osos de la floresta vecina e hicieron con ellos un horrible estrago. Durante setenta años, un cuervo llevaba cada día al desierto el alimento necesario para San Pablo, fundador de la vida eremítica. Cuando San Antonio tuvo que enterrar el cadáver de este habitante del desierto carecía de herramientas para cavar la fosa; se le presentaron entonces dos leones, excavaron con sus garras la tierra en su justa medida, y bendecidos por el santo desaparecieron como mansos corderillos. Pues bien, durante aquel tiempo de continuos peligros para don Bosco, plugo a la Divina Providencia darle un guardián y un defensor muy singular: un perro grande y hermosísimo, de color gris, que fue, y lo será siempre, tema de muchas conversaciones y suposiciones. Algunos jóvenes lo vieron, lo tocaron, lo acariciaron, y supieron detalles de él, dignos de especial recuerdo. Lo contamos de acuerdo con el relato de algunos de ellos, José Buzzetti, Carlos Tomatis y José Brosio entre otros. ((**It4.711**)) Añadiremos que nosotros mismos interrogamos a don Bosco sobre algunas circunstancias, que él nos confirmó de viva voz. El perro gris se asemejaba por su forma y su tamaño a un perro de ganado o mastín de guardia. Ante todo hemos de notar que nadie, ni siquiera don Bosco, supo jamás de dónde venía o quién era su dueño. Pero, si no podemos presentar su partida de nacimiento, (**Es4.543**))
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