Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es4.349**) se alternasen continuamente para la adoración. Entonces se abría también la iglesia al público y él acudía como los demás para hacer su hora. Mientras las fuerzas se lo permitieron, iba a la procesión del Santísimo Sacramento de la catedral con sus muchachos, a los cuales enviaba también a la parroquia y, aún a otras iglesias, en los días fijados para esa procesión, con el fin de hacerla más solemne. Pero, si en muchas de estas funciones reservaba don Bosco para sí en el Oratorio el papel principal, no rehusaba el cumplir con otros servicios menores. Invitó en una ocasión a un Canónigo para dar la Bendición y él hizo de turiferario. Si, al pasar junto a una iglesia, oía la campanilla indicando que faltaba un monaguillo, entraba él inmediatamente, tomaba el misal e invitaba al sacerdote a salir al altar. Varias veces cumplió con el oficio de acólito en diversas centros de educación. Mas, como era delicadísimo en su trato, nunca habría invitado para un ministerio inferior a quien era superior a él, aunque reconociese en él sus propios sentimientos. Sabía apañárselas para no faltar al debido respeto. <>-Todavía estamos a tiempo, observó don José Cafasso. >>Por qué no podemos ir nosotros? Si ((**It4.453**)) es verdad que no somos cuatro, somos tres, que es mejor que ninguno. >>Dicho y hecho. Estábamos cerca, volvimos atrás y llegamos precisamente cuando el sacerdote salía al altar con el turiferario. Tomamos cada uno de nosotros un hachón y salimos reverentemente al altar. Don José Cafasso se quedó a la derecha, don Bosco a la izquierda, yo en medio y asistimos a la Bendición. Después de esto el piadoso Giacomelli, director del Instituto, no acababa de agradecer a don José Cafasso su atención; pero él le respondió que era siempre una suerte poder ejercer el más bajo ministerio en la casa de Dios. -íQué lección para los melindres de ciertos clérigos!>>. Hasta aquí don Santiago Bellia. Del gran espíritu de fe para estos ministerios inferiores, se puede deducir el ardor de nuestro buen Padre para los servicios mayores. (**Es4.349**))
<Anterior: 4. 348><Siguiente: 4. 350>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com