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((**Es4.183**) puesto inadvertidamente a hervir la carne en el mismo puchero. Ignoramos cómo anduvo la presentación a la mesa de todas aquellas exquisiteces; pero el canónigo Berta, todavía en 1901, nos contaba el extraño sabor que tenían, sin que se supiera el porqué; y cómo ninguno de los convidados pudiera tragar aquello, aunque por ser personas educadas no demostraban su repugnancia. Entonces le explicamos nosotros el misterio y él riendo, pero con admiración, añadió que don Bosco comió con indiferencia un trozo de aquella carne nauseabunda y bebió su taza de café condimentado con carne. Al día siguiente de vestir la sotana, los cuatro nuevos clérigos empezaron sus estudios de filosofía con los teólogos Farina y Mottura, y de repaso con el canónigo Berta, y después de unos meses, para subvenir a los gastos que de todo ello se derivaban, don Bosco hizo escribir a cada uno de ellos una instancia la Rey para alcanzar una beca, que les fue concedida 1. Don Bosco podía por fin esperar que los nuevos clérigos fueran suyos; pero también este esfuerzo, preparado por él con ((**It4.232**)) tanto celo, no resultaría, porque, como contaremos, dos de ellos, después de algún tiempo, dejaron los hábitos y los otros dos salieron del Oratorio por diversas razones, ajenas a ellos, y fueron celosos sacerdotes en sus diócesis. Pero Reviglio se convirtió enseguida en un poderoso auxiliar de don Bosco para el Oratorio de San Francisco y para el internado hasta 1857. También los otros tres le ayudaron eficazmente en la obra de los Oratorios Festivos, ya para catequizar e instruir a los muchachos externos e internos, ya para asistirlos en la iglesia y en los recreos, ya para darles clases de canto. Margarita gozaba también al ver crecer en derredor de don Bosco las vocaciones eclesiásticas; pero le gustaba vivir retirada, y con su gran perspicacia comprendía lo que era conveniente y lo que no lo 1 He aquí una de las cuatro respuestas recibidas: Al Clérigo Carlos Gastini-Turín Con un despacho de la Secretaría Real del Estado para los asuntos eclesiásticos de Gracia y Justicia del 30 de septiembre ppdo. se notificó a Hacienda General del R. Economato Apostólico, que S. M. se dignaba conceder a V. S. una beca en esta caja, por valor de 90 liras. Lo que comunico a V. S., a fin de que se presente personalmente, o bien encargue a persona conocida, prevista de autorización de V. S., debidamente legalizada, para cobrar el importe del correspondiente Mandato. Turín, 3 de octubre de 1851 El Ecónomo General Apostólico Real Ab. MORENO (**Es4.183**))
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