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((**Es3.186**) aquel detalle, que se complacía en recordar con frecuencia, e incitando a don Bosco a construir una iglesia más amplia, añadía con gracia: <>. Recordó el Arzobispo a los confirmados el significado de la sagrada ceremonia realizada y los exhortó a ser fuertes contra las tentaciones, como buenos soldados de Jesucristo. <>Qué diríais de un soldado que se ((**It3.231**)) avergüenza de llevar el uniforme militar y se sonroja de servir a su Rey?>>. Dioles después algunos avisos oportunos y terminó: <>. Según iban saliendo de la capilla, los muchachos recibían a la puerta un bocadillo, obsequio del mismo Sr. Arzobispo, que había querido pagar su fiesta y mostrarse pastor de sus almas y de sus cuerpos a la vez. La función de la iglesia fue devota y no menos divertida fue la fiesta preparada en el exterior, a la que se dignó asistir también el señor Arzobispo, después de un breve descanso. Era precisamente aquél su día onomástico; con tal ocasión le leyeron los muchachos, para empezar, varias composiciones en prosa y en verso. Gustó mucho un dialoguito, representado por varios chiquillos con maravillosa desenvoltura. Después empezó el teatro y se puso en escena el sainete El cabo de Napoleón. Era la caricatura de un engalonado que, queriendo expresar su alegría en aquella solemnidad, salía con mil expresiones graciosas. Resultó muy del agrado del eximio Prelado que afirmó no haberse reído jamás con tantas ganas. El teatro se improvisó en el patio, delante de la iglesia, por la parte de la calle. ((**It3.232**)) Acabada la función, se levantó el Arzobispo y pronunció un hermoso discurso. (**Es3.186**))
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