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((**Es19.369**) Alejandro Luchelli un caso, que éste refirió inmediatamenle después, y por escrito, a don Pablo Albera el 20 de abril de 1916. Copiamos de su carta: Tenía Francisco Alpi quince o dieciséis años, cuando fue admitido en el colegio de Alassio recomendado por el reverendo Nenci, digno sacerdote de la diócesis de Imola. Tres o cuatro años después de su entrada en el colegio oyó decir en la platiquita de la noche que iba a llegar don Bosco, camino de Francia, y que los muchachos que desearan confesarse con él, podrían hacerlo. El joven Alpi no había oído nunca hablar de don Bosco, y pensó para sí: -Desde el momento en que viene un sacerdote forastero que está aquí un día o dos y luego se va, es mejor que me confiese con él y que haga una confesión general. De este modo, me evitaré tener que hacerla después con un sacerdote, que estando en casa, tendrá ocasión de conocerme. -Y, en efecto, a la mañana siguiente fue a confesarse con don Bosco sin saber quién era. Al comenzar la confesión, pidió al confesor que le ayudase; expuso después todos los pecados de que se acordaba. Terminó su acusación y, cuando ya no sabía qué más añadir, don Bosco le dijo: -Te olvidas de decir aquel pecado que cometiste en tal lugar y en tal tiempo. -Y dijo él, con todas las circunstancias, lo que Alpi había hecho de los diez a los once años, y añadió: -Es verdad que tú no hiciste el pecado de obra, como tus dos compañeros, pero lo hiciste de pensamiento, de deseo, y también se ofende a Dios con el pensamiento y con el deseo. Al oír aquello, el joven quedó tan estupefacto que, ((**It19.447**)) a los pies mismos de don Bosco, le vino un sudor frío y le pareció que iba a desmayarse. Apenas terminó la confesión, fue corriendo a don Francisco Cerruti y le dijo espantado y llorando: ->>Quién es ese cura que me ha confesado? Seguro que es un diablo o un santo. Me ha dicho un pecado secretísimo, del que ya no me acordaba y que no creía siquiera que fuese pecado. -Don Francisco Cerruti, sonriendo, le dijo que era don Bosco y que se quedara tranquilo. XIII Don Bosco en Velletri Doquiera fuese, don Bosco dejaba tras de sí un recuerdo imperecedero. No se sabía hasta ahora que hubiese estado nunca en Velletri; pero Mons. Rotolo, Auxiliar del Cardenal Obispo del lugar, ha podido tener noticias seguras de una visita suya a la ciudad. No es posible determinar la fecha. Si fue allí durante el tiempo que estuvieron abiertas las casas salesianas de Albano y Ariccia (1876-79), pudo ello suceder el año 1877; pero, en el lugar, se inclinan a creer que fuera en mayo de 1882, en el que se celebraban las fiestas del centenario de Nuestra Señora de las Gracias. En efecto, don Bosco se encontraba en Roma aquel mes. Celebró la misa en la capilla de las maestras Pie Venerine. La señora Elvira Pereno, que era colegiala y asistió a ella, debió recibir una extraordinaria impresión, puesto que, después de tantos años, recuerda todavía <>. Pero recuerda también que la Madre Superiora les había anunciado previamente su visita, diciéndoles que iba a ir un santo. Don Bosco estuvo también en su casa. <>. La familia que vive hoy en día en el apartamento donde fue recibido, atribuye a la (**Es19.369**))
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