Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es18.337**) central de aquella escalinata; y lo comprendió finalmente del todo, cuando, preparado el proyecto del monumento que se erigiría sobre su tumba, fue presentado para su aprobación en la primavera, sin que hubiera dicho nada a nadie sobre la conversación tenida en septiembre. Volvió al Oratorio el día dos de octubre por la tarde. Tomó asiento también en el coche don Luis Martí Codolar. Cuando llegaron a la cancela del parque que rodea el internado dirigido por las Damas del Sagrado Corazón, hizo parar, porque quería saludar una vez más a aquellas religiosas. Los detalles de esta visita ya los conocemos 1. En el Oratorio lo esperaban los muchachos. Una salva de aplausos entusiastas le saludó a su entrada; subió después las escaleras y se asomó desde la galería; un coro universal cantó el antiguo himno: Venite compagni, don Bosco ci aspetta (Venid compañeros, don Bosco nos espera). Eran cientos de muchachos que cantaban con los ojos fijos en él. Aquel espectáculo conmovió hasta las lágrimas a la familia de don Luis y dijeron, después, que nunca habían asistido a una escena tan conmovedora. Mientras escuchaba el canto, iba él despacito hacia su habitación, en la que, por desgracia, poco tiempo más podría todavía aconsejar y alentar, tanto a sus hijos como a los extraños. 1 Vol. XV, pág. 572. (**Es18.337**))
<Anterior: 18. 336><Siguiente: 18. 338>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com