Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es18.275**)que don Bosco pensaba en ellos, que los saludaba y los animaba a hacer bien el mes de María y que añadiese todo lo bueno que supiese hallar aquel tan fiel intérprete del corazón de don Bosco. Fueron a saludarlo cuatro representantes del clero diocesano. Terminados los saludos, don Bosco los invitó a inscribirse como Cooperadores, de cuya existencia ellos no tenían noticia. Les explicó qué eran, llamó ((**It18.313**)) a don Miguel Rúa y le dio los nombres de los presentes 1. Uno de ellos, cuando tomó alguna confianza, preguntóle por qué, estando tan delicado como parecía, se había atrevido a hacer un viaje tan largo. Y respondió: ->>Qué quiere? Es una orden del Papa y al Papa no se le puede decir que no. Dentro de pocos días, tendremos la consagración de la iglesia del Sagrado Corazón en el Castro Pretorio. Cuando el Papa lo supo, dijo a nuestro Superior local: -<<>>Viene don Bosco a la consagración?>>. Y al responderle que las condiciones de mi salud no me lo permitirían, añadió el Papa: <<-Eso no; quiero que venga. Escribidle que, si no viene, no le firmo el pasaporte para el Paraíso>>. Ya ve usted que es algo que me interesa: ir a recibir un documento tan precioso, que ciertamente necesitaré y a no tardar. El Arcipreste de Capannole, que nos describe esta visita, afirma que las palabras de don Bosco que él refiere son las <>. Así que, cosa que no hubiéramos sabido por otra fuente, el penoso viaje fue en sustancia un acto de obediencia de don Bosco al Papa. Salió para Roma el día treinta por la mañana y llegó a la estación de Términi poco después de las tres de la tarde. Mientras iba caminando, sostenido con mucho trabajo, hacia la salida, dirigía atentas y a veces ocurrentes palabras a los que habían acudido a recibirlo. Se le presentaron también dos religiosas a las que don Bosco reconoció y le dijeron que, si lo permitía, irían a hacerle una visita. Don Bosco les respondió sonriendo: -Para hacer una visita a don Bosco en Roma, se requieren de diez a doce mil liras. Pero en seguida añadió: -Sin embargo, a ustedes les daré audiencia gratuitamente. 1 Eran don Angel Zipoli, rector del seminario, profesor de ciencias y más tarde canónigo; don José Clacchi, preboste de Bibbiena; don Domingo Pallotti, profesor en el seminario; el diácono Angel Rossi, maestro en el colegio Piano. A este último, hoy arcipreste de Capannole, debemos algunas de estas noticias. (**Es18.275**))
<Anterior: 18. 274><Siguiente: 18. 276>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com