Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es17.481**) Pero, al atardecer, volvieron a verle y le encontraron alegre y contento; acaso también porque, como sospechaba el secretario, se esforzaba por parecerlo, como solía hacer habitualmente. Su tranquilidad se reveló en una jovial respuesta a una observación pueril. Un muchacho le había dicho: -Al explicar el Evangelio, ha dicho el predicador que los pájaros no trabajan, no hacen nada y, sin embargo, Dios les da con qué comer y con qué vestirse 1. íQué bonito! Y don Bosco añadió al punto: -Pero el Señor, querido amigo, también les deja engordar e ir después a freírse en la sartén para servir de alimento a quien trabaja. El día treinta y uno de agosto dijo que, pocos días antes, después de la consagración en la misa le había abrumado una luz fulgurantísima, que no le dejaba seguir: en efecto, Viglietti recordaba que exactamente aquella mañana, cuando le asistía en el altar, lo había visto turbarse y después, casi fuera de sí, suspender la celebración. -Después de aquella luz, prosiguió don Bosco, vinieron unas densísimas tinieblas y, cuando éstas se disiparon, continué y terminé ((**It17.560**)) la misa. Yo pensaba después en lo que me había acaecido y decía: ->>Estas tinieblas, que vinieron de repente después de tanta luz, no serán un aviso de que me he de morir pronto, en seguida? Con este pensamiento llamé por la noche a don Julio Barberis a mi cuarto y le mandé escribir unos recuerdos importantes, antes de que me encontraran cadáver en la cama al día siguiente. En la segunda estancia, recibió el día cuatro de octubre, fiesta del santo Rosario, la profesión religiosa de cuarenta y cinco novicios y, el día once, impuso la sotana a sesenta nuevos clérigos. Para los primeros pronunció esta plática: Huelga, hijos míos, que os diga la alegría y el gusto que experimento al veros, porque veo en vuestras personas, en vosotros, que habéis hecho los votos, un puntal de la Congregación. Los que os precedieron, unos están ya destinados en diferentes casas y otros partirán para las misiones. Por consiguiente, necesitamos que vengan otros para ser columnas de la Congregación, a la que todos hemos jurado fidelidad. Soy feliz, porque habéis jurado fidelidad, pero deseo que este juramento no sea algo vaporoso o apoyado en un frívolo pretexto, sino apoyado en la infalibilidad de nuestras reglas, porque las ha aprobado la Iglesia, que es infalible. >>Hemos hecho acaso los votos para auxiliar a don Bosco o a otros Superiores? No, Hemos hecho los votos porque nuestra vocación fue ésta. 1 Evangelio de la XIV domínica después de Pentecostés, que aquel año caía el treinta de agosto. (**Es17.481**))
<Anterior: 17. 480><Siguiente: 17. 482>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com