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((**Es17.386**) que, a cada momento del día, me veía obligado a reponer sobre el escritorio de don Bosco; se me fueron siete docenas por lo menos. El bonete se lo han quitado tres o cuatro veces de la cabeza. Las sábanas, las mantas, las almohadas de la cama han sido cortadas a pedazos de mil maneras>>. Y, aquel mismo día, escribía el buen secretario a don Juan Bautista Lemoyne: <>Y cómo arreglármelas para escribir al querido don Juan Bautista Lemoyne? Me es imposible registrar todas las gracias obtenidas por mediación de don Bosco y de María Auxiliadora. Todos los que vienen al oratorio no hacen más que contar a don Bosco los saludables efectos de sus bendiciones, recibidas durante los días pasados>> 1. ((**It17.448**)) No hay colegio cristiano, por disciplinado que sea, donde el inimicus homo no intente arrojar su cizaña. En Marsella un sueño revelador puso a don Bosco sobre aviso. No encontramos registrada la fecha en que tuvo lugar, mas no por ello podemos dudar de su certeza, pues en los procesos existen declaraciones juradas de quien tuvo noticia directa y segura del mismo. Era cerca de la medianoche. Don Francisco Cerruti estaba para irse a acostar, cuando oyó un grito. Al principio creyó que se trataba de un sacerdote forastero que estaba algo enfermo y hospedado en la casa. Lo volvió a oír aún más fuerte a modo de alarido; poco después, todavía más fuerte. Indudablemente partía de la habitación de don Bosco separada de la de don Francisco Cerruti por un débil tabique y una puerta de comunicación. Se puso éste la sotana, fue a la puerta y, 1 Entre los papeles de don Bosco relacionados con sus viajes a Francia, se encuentra esta memoria que parece del año 1885 y que había sido enviada del Oratorio de Turín: <>La señora condesa de Cessac-Montesquieu, de París, pide oraciones urgentes por su marido enfermo. >>La señorita Emilia Isnard pregunta si don Bosco pasará por Lyon. Ella vive a seis leguas de Lyon e iría a verle en esta ciudad para entregarle su limosna de dos mil francos. Por tanto, si don Bosco va a Lyon, haga Viglietti el favor de comunicárselo a la señorita Isnard, en Saint-Julien, por Brace (Rh“ne), diciéndole dónde podrá encontrarse con don Bosco. >>De repente nos encontramos preocupados por falta de dinero, cuando el señor Lorenzo Busca, de Alba, por medio del exprior, caballero Rocca, envió la limosna de seis mil liras, encomendándose a las oraciones de don Bosco. Deo gratias et Mariae>>. (**Es17.386**))
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