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((**Es17.164**) llegar a abogado, profesor, médico o periodista. Que sea ésta la salida de los jóvenes, que se educan en otros colegios nuestros, no tengo nada que decir; pero esto no debe tolerarse en nuestra casa de Turín, donde los muchachos viven de la caridad pública. Propongo, pues, que se examine cuál es nuestra obligación de conciencia y qué se debe hacer. En años anteriores, había muchos, jóvenes, que querían hablarme de vocación. Pero, este año, en el que se reunió a los aspirantes para darles conferencias especiales (lo cual no se había hecho nunca) las cosas van por otros cauces. Pocos, y con dificultad, vinieron a hablarme y unos me dijeron francamente que querían ir al mundo y otros al seminario. Al preguntarles por qué iban a las conferencias de los aspirantes, algunos contestaron: -Para oír lo que se dice en las conferencias-. Otros, más francamente: -Para ser mejor vistos por los Superiores-. Serán buenos muchachos, pero tienen trazado su plan. De suyo no es malo ayudar a éstos tales, pero, en resumidas cuentas, damos nuestro pan a muchos que luego nos vuelven las espaldas y lo damos por recomendación de quien a veces, después de quitarnos los jóvenes, nos critica por añadidura, diciendo que nos quedamos con las vocaciones. Esto lo he comprobado hoy mismo. Pero baste lo dicho sobre esta materia. A mi entender, tendríamos que tomar una medida acerca de la organización de nuestros estudios. Deberíamos reducirlos a lo que se hace en las escuelas apostólicas de Francia. Será difícil, mas, sin embargo, habrá que lograrlo. Hecho esto, veremos cómo se pueden aleccionar y cómo se deben cuidar los jóvenes. Verdad es que no tendremos ya un número tan extraordinario. Puede que no tengamos más que un centenar, cincuenta o cuarenta, y habrá que tomar paciencia; pero no habrá gangrena moral. Creo que, para ((**It17.184**)) alcanzar nuestro fin, no bastan las resoluciones tomadas en los Capítulos Generales. DON JOSE LAZZERO propone que se vuelva a suprimir el quinto curso de bachillerato. DON BOSCO.- Mi plan es el de encargar a una comisión el estudio de la idea expuesta sobre las escuelas apostólicas. Yo no puedo reflexionar, porque no lo resiste mi cabeza. Necesito que se comprenda la necesidad de la cuestión y que se estudien seriamente los medios para llevarla a cabo. Creo también oportuno quitar a los jóvenes la libertad de ir a confesarse con quien quieran. Se designarán confesores en número suficiente, pero los estudiantes necesitan una dirección particular. Si no se atreven a confesarse con los cinco o seis sacerdotes destinados para ellos, que esperen la ocasión de los ejercicios. DON MIGUEL RUA afirma que él ha observado que el resultado bueno o malo del quinto curso del bachillerato depende siempre del profesor. Desde que don Herminio Borio lleva el curso de retórica en Lanzo, siempre hubo en la Congregación novicios procedentes de aquel Colegio. DON BOSCO.- Desde hace algún tiempo ha mermado el número de novicios procedentes del Oratorio, ya sea porque los párrocos nos envían el rocló (el desecho), avalados con los mejores certificados de buena conducta, ya sea porque, cuando éstos son aceptados, no se tiene suficiente energía para devolverlos a sus casas. Por consiguiente, hay que tener prudencia al aceptar y ver la manera de purgar la casa. Mientras tanto, hay que ver: 1.°, si conviene organizar nuestras escuelas, según el plan de las apostólicas; 2.°, cómo son estas escuelas apostólicas. Según lo que resulte de estas dos cuestiones, se verá si se debe mantener o no el quinto curso. DON JOSE SCAPPINI propone suprimir en nuestras escuelas el griego y las matemáticas o dar solamente los rudimentos de estas asignaturas, como se hace en los Seminarios. Entonces, al llegar al tercer curso del bachillerato, los jóvenes que no quieren (**Es17.164**))
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