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((**Es17.165**) saber nada del estado eclesiástico, pensarán en resolver de otra manera sus asuntos. Los otros que quieren quedarse con nosotros y tienen que prepararse el examen para la reválida del bachillerato, podrán estudiar el griego y las matemáticas en San Benigno. DON JUAN BONETTI aprueba lo que se ha dicho, pero sostiene que esto debe ser una consecuencia y no el principio de una reforma. Sería como cuidar las hojas de un árbol cuando hay que atender a las raíces. DON BOSCO.- Ahora la cuestión que se propone es la aceptación y la manera de echar fuera los huesos rotos. Mientras tanto, un punto a estudiar bien son las escuelas apostólicas, tal y como se hace en los seminarios. DON JOSE BERTELLO, preguntado por don Bosco, responde que no cree conveniente establecer escuelas apostólicas en el Oratorio. Tendríamos en contra a los párrocos, a los Obispos, a los padres y al gobierno. Por consiguiente no aprueba ((**It17.185**)) la supresión del quinto curso del bachillerato. Está firmemente convencido de que, para curar nuestros males, hace falta: 1.°, disciplina, 2.°, severidad en despedir a los que no van bien, 3.°, vigilar escaleras, pasillos y patios no destinados a los recreos. DON JUAN CAGLIERO advierte, en cuanto a las aceptaciones, que éstas tendrían que depender de uno sólo; de lo contrario, sucederá que uno aceptará las ovejas y otro los lobos, que son las personas adultas, aceptadas por caridad y destinadas a los diversos oficios. DON BOSCO explica su idea de una catequesis dominical para instruir a los jóvenes según nuestros principios. DON JUAN BONETTI vuelve a hablar de la necesidad de cuidar las raíces e interpela a don José Lazzero, quien, en su calidad de Director del Oratorio, debe saber las cosas mejor que los otros miembros del Capítulo. Por tanto, que hable él. DON JOSE LAZZERO.- Ante todo, habría que cumplir el reglamento de las casas, lo mismo que en los demás colegios. Por consiguiente, debe haber unidad de mando; de lo contrario, el cargo de Director se reduce al de un humilde servidor. En efecto, los alumnos expulsados, obtienen, antes de salir, certificados de buena conducta de algún miembro del mismo Capítulo, movido por su corazón excesivamente bueno; como esto llega a conocimiento de los jóvenes, menoscaba el orden o la autoridad del Director. El Director queda atado, etc. DON BOSCO decide que se establezca una Comisión, que estudie las medidas a tomar para promover la moralidad en el Oratorio. Son elegidos miembros de esta Comisión: don Miguel Rúa, don Juan Bonetti, don José Lazzero, don Celestino Durando y don Juan Cagliero. Se reunirán el lunes a las dos y media de la tarde para comunicarse sus propias reflexiones bien ponderadas. Don Juan Bonetti queda encargado de pedir privadamente el parecer a cada uno de los miembros del Capítulo de la casa que se deja llevar por la bondad del corazón; y a cada uno de los maestros y dar una relación de ello a la Comisión del lunes. DON JOSE BERTELLO propone: 1.°, distinción y división absoluta de los internos en la casa en tres grandes categorías: estudiantes, aprendices y personas no pertenecientes a la Congregación; 2.°, vigilancia de escaleras, corredores, etc. DON JOSE LAZZERO hace notar que, antaño, los grupos para salir de paseo se componían de sólo veinticinco jóvenes. Ahora, en cambio, lo forman todos los alumnos de un curso. Los paseos son un gran peligro, si no se vigila. Lamenta también las vacaciones, etc. DON BOSCO concluye insistiendo sobre la urgencia de tutelar la moralidad. Para lograrlo, no hay que ahorrar personal, trabajo, fatigas ni gastos. (**Es17.165**))
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