Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es16.265**) ido a San Benigno para la imposición de la sotana a los clérigos, fue a verlos y hablándoles a ellos a solas, trazó, como nunca lo había hecho antes, la figura del coadjutor salesiano, tal y como él la concebía. El evangelio de esta mañana decía: Nolite timere, pusillus grex, no temas, pequeño rebaño 1. También vosotros sois el pusillus grex, pero no temáis, nolite timere, pues creceréis. Me alegra mucho que se haya comenzado un año de prueba para los aprendices, con regularidad. Es ésta la primera vez que vengo a San Benigno desde que estáis vosotros y, aunque he venido para la imposición de sotana a los clérigos y no estaré aquí más que un día, no he querido dejaros sin deciros dos palabras a vosotros en particular. Os expondré dos pensamientos. El primero es para manifestaros mi idea sobre el coadjutor salesiano. Nunca tuve tiempo ni comodidad para exponerla bien. Vosotros, pues, estáis ((**It16.313**)) reunidos aquí para aprender el oficio y educaros en la religión y en la piedad. >>Por qué? Porque yo necesito ayudantes. Hay cosas que no pueden hacerlas los sacerdotes y los clérigos y las haréis vosotros. Necesito poder disponer de alguno de vosotros, enviarlo a una tipografía y decirle: -Tómala a tu cargo y ponla en marcha como es debido. Enviar a otro a una librería y decirle: -La vas a dirigir tú, haz de modo que todo resulte bien. Enviar a uno a una casa y decirle: -Tú cuidarás de que aquel taller o aquellos talleres funcionen con orden y no falte nada; tomarás las medidas oportunas para que los trabajos salgan como deben salir. Necesito tener en cada casa a alguno a quien puedan confiarse las cosas más reservadas, el manejo del dinero, asuntos jurídicos; necesito quien represente a la casa, en los ambientes externos. Necesito que marchen bien los asuntos de la cocina, de la portería; que todo esté a punto, que no se malgaste nada, que no se salga de casa, etc. Necesito personas a quienes poder confiar estas incumbencias. Y vosotros tenéis que ser éstas personas. En una palabra, vosotros no debéis ser quienes directamente trabajen o hagan de peón, sino quienes dirijan. Debéis ser como amos entre los otros obreros, no como criados. Pero todo, según regla y dentro de los límites necesarios; sin embargo, todo tenéis que hacerlo a nivel de dirección, como dueños vosotros mismos de las cosas de los talleres. Esta es la idea del coadjutor salesiano. íTengo gran necesidad de disponer de muchos que me ayuden de esta manera! Por eso, me agrada que llevéis trajes decentes y limpios; que tengáis camas y celdas convenientes, porque no debéis ser criados, sino dueños; no súbditos, sino superiores. Ahora os expongo el segundo pensamiento. Puesto que debéis ayudar de esta manera a obras grandes y delicadas, tenéis que adquirir muchas virtudes, ya que debéis estar al frente de otros, tenéis ante todo que dar buen ejemplo. Es preciso que donde se encuentre uno de vosotros, estemos seguros de que allí reinará el orden, la moralidad, el bien. Porque, si sal infatuatum fuerit... (si la sal se hiciere sosa...). Concluyamos, pues, como hemos empezado: Nolite timere, pusillus grex. No temáis, pues el número crecerá; pero especialmente es necesario que crezcáis en bondad 1 Lc, XIII, 32. Era el evangelio de la misa Iustus de la fiesta de San Pedro de Alcántara (19 de octubre, aquel año jueves). (**Es16.265**))
<Anterior: 16. 264><Siguiente: 16. 266>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com