Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es16.255**) que debía rendirse. Tomó por compañero a don Santiago Costamagna, recién llegado de Argentina. Durante el viaje abundaron los episodios interesantes. A la ida, entre Parma y Bolonia, se encontró en el tren con un señor, acompañado por un cleriguito, hijo suyo. Dicho señor pensaba llevar una hija suya al colegio de las Hijas de María Auxiliadora en Nizza Monferrato, para que se preparara los exámenes de magisterio. Tras los primeros saludos, manifestó a don Bosco, a quien no conocía, su decisión. Mientras tanto el cleriguito que, con su ancha cara y sus grandes ojos, parecía la sencillez y la ingenuidad personificadas, hojeaba la Unit… Cattolica. Aprovechando don Santiago Costamagna esta circunstancia, entabló conversación con él, y pasó después a hablar del Oratorio y de don Bosco y acabó por invitar al clérigo a que fuera a Turín con don Bosco. Entonces clavó el clérigo los ojos en el sacerdote sentado junto a don Santiago y preguntó: ((**It16.301**)) ->>Es éste don Bosco? -Sí, respondió don Santiago Costamagna. -Papá, exclamó el clérigo, dirigiéndose a su padre; el sacerdote con quien está hablando es don Bosco. -í>>Don Bosco?!, repitió el padre. E inmediatamente se puso a hablar con él, muy satisfecho por aquel encuentro. De pronto preguntó don Bosco al clérigo: ->>Quiere usted también ir a Turín con don Bosco? ->>Para qué? -íPara estar con don Bosco! ->>Y por qué? -Porque allí podría hacer mucho bien, trabajar, dar clase, asistir, y, además, predicar, enseñar el catecismo... -Pero yo tengo que seguir mis estudios en el seminario. -También en Turín tendrá facilidad para estudiar. Ea, decídase, venga con don Bosco; hay sitio para usted. -No puedo ir. ->>Por qué? -Iría con gusto, pues aprecio a don Bosco; pero quiero más a mi papá y no puedo separarme de él. El padre escuchaba el diálogo sin decir palabra y algo emocionado. Mientras tanto, se paró el tren. Era un rápido. Bajó aquel señor por alguna necesidad. Unos instantes después, llegaba un larguísimo tren de mercancías y se colocaba entre la estación y el rápido, que silbó al punto y se puso en marcha. El pobre viajero, con el paso cortado, no pudo alcanzar su vagón. El hijo gritaba: (**Es16.255**))
<Anterior: 16. 254><Siguiente: 16. 256>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com