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((**Es16.104**) posible. El portero subía seis veces al día con una caja llena de cartas hasta rebosar. El periodista de la Liberté hizo a don Miguel Rúa una serie de preguntas para arrancarle noticias frescas con que servir a los lectores; pero no pudo sacarle gran cosa. Le atendió sin interrumpir su trabajo: abría sobres, pasaba la vista sobre el escrito, anotaba y guardaba o, sin más, echaba al cesto, mientras contaba al periodista episodios de la vida de don Bosco y algunos detalles de sus fundaciones. Cuando le preguntó si era verdad que don Bosco curaba a los enfermos, don Miguel Rúa y don Camilo de Barruel sonrieron, y el primero contestó: -Todo lo que él puede hacer es rogar a Dios por ellos 1. Tenemos un documento vivo e importante, salido de los puntos de la pluma de una persona culta y bajo la impresión inmediata de los hechos; por no estar destinado a la publicidad, resulta un valioso testimonio de que el entusiasmo no enardecía solamente al vulgo o a la gente sencilla. El documento procede de la señora Claudia Lavergne, esposa del que implantó en Francia el arte de los vidrios historiados y renombrada escritora de literatura infantil. Escribía ((**It16.116**)) ésta el día cinco de mayo a una cuñada 2: <<íQué maravilloso siglo el nuestro, si se considera la fecundidad de la Iglesia! Está don Bosco en París y no puedes hacerte una idea del arrebato de afecto de los parisienses por este sencillo sacerdote. No posee elocuencia ni grandiosidad de ningún género, pero es de una sencillez y una humildad dignas de san Vicente de Paúl. Lo sostienen cuando camina, porque ya no tiene fuerzas. Hoy va a ir a Lille. A la vuelta se detendrá en las Damas de Sión, donde espero hacerle bendecir a mis hijos, pequeños y mayores. De prestar fe a la voz pública, sus milagros serían incontables; pero tú sabes muy bien cuánta es la severidad de la Iglesia en esta materia y no hay que dar crédito a todo lo que se dice. Pero, aun cuando se quiten las nueve décimas partes, queda todavía lo suficiente para justificar los entusiastas recibimientos que aquí se le hacen. Yo confío plenamente en sus oraciones y se las pediré por todo lo que más quiero en este mundo (...). Es el acontecimiento de la semana y, desde 1 El folleto del exmagistrado hace este retrato de don Miguel Rúa (pág. 61) <>. 2 La carta fue publicada en el Bulletin Salésien de septiembre de 1921. (**Es16.104**))
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