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((**Es15.285**) Al leer don Bosco todas las noticias le respondía con su acostumbrada serenidad. Muy querido Cagliero: He recibido tus cartas y las he enviado a Turín. Tus compañeros fueron bien mecidos por las olas hasta San Vicente 1, desde donde acabo de recibir noticias suyas. Nuestras cosas marchan muy bien. Dios nos bendice. íAdelante! Presenta mis respetuosos saludos a todos nuestros bienhechores, especialmente a nuestro veneradísimo y carísimo padre, el señor Arzobispo de Sevilla, a quien espero escribir cuanto antes. Procura hacer algo por la iglesia del Sagrado Corazón en Roma. Necesito muchísimo tu presencia entre nosotros. Espero estar en Roma a primeros de abril, para volver enseguida a Turín. Un cordial saludo para todos nuestros queridos amigos, hermanos e hijos en Jesucristo. Que Dios nos bendiga a todos y rezad por mí que soy vuestro Afmo. amigo JUAN BOSCO, Pbro. Al Arzobispo de Sevilla no le escribió hasta que volvió de Roma, oyó la relación de don Juan Cagliero y le dejaron libre los ajetreos de aquellos días. Le escribió en latín, quizás porque no recordaba que Monseñor conocía muy bien el italiano, o tal vez también porque esperaba que su carta pudiera ser leída por otros eclesiásticos: un latín sencillo y escueto, en el que expresaba, muy a la buena, sus sinceros sentimientos hacia el benemérito Prelado 2. ((**It15.325**)) La recomendación a don Juan Cagliero de que hiciera algo por la iglesia del Sagrado Corazón, no quedó en letra muerta: un simple deseo de don Bosco, era siempre una ley para sus hijos que tanto le querían y ayudaban. Don Juan Cagliero tradujo una circular italiana que veremos y la carta de don Bosco que la acompañaba, las mandó imprimir y envió un ejemplar a todos los obispos y párrocos de España. Los periódicos le dieron además publicidad 3. La dificultad más grande para los nuestros era la lengua, que ninguno de ellos había estudiado; éste fue el principal motivo que indujo a don Juan Cagliero a prolongar su permanencia en Utrera. Allí se quedó hasta Pascua, que coincidió con el 17 de abril. Por la tarde de aquella gran solemnidad, se despidió públicamente de los fieles, o mejor dicho, de las fieles que acudían a la iglesia del Carmen. Su viva imaginación le sugirió para la ocasión una de sus ingeniosas ocurrencias, 1 Alude a la borrasca que los azotó durante aquel trayecto. 2 Véase Apéndice, Doc. núm. 46. 3 Carta de don Juan Cagliero a don Bosco, Utrera, 7 de marzo de 1881. (**Es15.285**))
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