Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es14.471**) -Admítase a la prueba, concluyó don Bosco. Segundo caso. Uno ha decidido hacer la petición para los votos y sus cosas van bien; pero, antes de la profesión tiene que ir a ver a su familia, y allí abyssus abyssum invocat (un abismo llama a otro abismo). Oído el parecer de los demás, que ignoramos cuál fuera, don Bosco habló así: -íNo, no, no! A los jóvenes que hacen chanchullos hasta el último momento yo les digo: íNo, no te hagas clérigo! Esos saben frenarse durante el tiempo del noviciado, pero después el incendio vuelve a reavivarse siempre. Es preciso que todos nos pongamos de acuerdo, siendo más rigurosos, porque aumentan cada día los halagos del mal y se ven en otras partes caídas que ponen los pelos de punta. En esta observación incluye don Bosco, como puede verse también, la admisión al noviciado, pero no parece que aquí se contradiga. Lo que él llama <> debe entenderse en el sentido insinuado por la frase bíblica ((**It14.551**)) que acababa de citar, con la cual no se refería sólo a fragilidades personales, sino a tirar por la borda el pudor; en efecto, al hablar del segundo caso, añadió también: ->>Cómo podría después ese tal ir a predicar a su pueblo? Su pensamiento, pues, es que debe ser excluido no sólo de la profesión religiosa, sino también de la toma de sotana todo el que <> ha faltado escandalosamente contra la moral. Tercer caso. Un sujeto que ha vivido en el mundo y ha pasado su juventud en la disipación, pero que lleva un año de buena conducta, pide ser admitido para hacerse sacerdote. Don Bosco no quiso que a un sujeto tal se le aconsejase comenzar la prueba, máxime si su pasado era muy deficiente en este asunto. -Todos, de común acuerdo, dijo, ayudadme para que semejante gente no sea jamás aceptada. Por fin, el 14 de noviembre, mientras en el Capítulo Superior se revisaban los reglamentos bosquejados por el segundo Capítulo General, dijo don Bosco: -Ahora veo en la Congregación una necesidad, la de preservarla de la frialdad y de la decadencia, promoviendo el espíritu de piedad y de vida religiosa común. Quiero abolir la manía de ir a los baños, cuando éstos no han sido prescritos por los médicos. Los hay que van contra las prescripciones de los Superiores. El peligro es mayor para los clérigos. En cuanto a los jóvenes nacidos en la costa, será muy difícil impedir que vayan. Es necesario, por tanto, repetir en los diversos colegios lo que las deliberaciones establecen con respecto a la moralidad. Estúdiese atentamente este punto. Vemos con frecuencia (**Es14.471**))
<Anterior: 14. 470><Siguiente: 14. 472>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com