Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es14.355**)de orar, y a don Bosco bendiciéndolo. Así que salió, dijo a don José Bologna: -No es para él, no; no es para él, sino para los demás y para gloria de la Virgen. La señorita Périer se hizo después Hija de María Auxiliadora, vivió hasta 1886 y murió en la casa madre en Nizza Monferrato 1. ((**It14.412**)) Antes y después de esta curación hubo otros hechos extraordinarios que contribuyeron a divulgar la fama de taumaturgo, que, a los ojos de muchos, ya aureolaba el nombre de don Bosco. Referiremos aquí los más comprobados. La señorita Barbarin, atacada de parálisis, llevaba ya cuatro años tendida en el lecho. De cuando en cuando, un nudo le apretaba la garganta, haciéndole sacar fuera la lengua y torcer violentamente los ojos. Don Bosco, invitado a comer con aquella familia, fue con don José Bologna. Después de los primeros saludos, le llevaron ante la enferma. El la exhortó a confiar en la Virgen, rezó unas oraciones con los presentes y la bendijo. -Ahora, levántese, le ordenó, y venga a la mesa con nosotros. -íImposible!, exclamó casi aterrorizada la madre. Lleva cuatro años sin poderse mover. ->>Qué importa?, contestó don Bosco. El pasado no es el presente. Yo me retiro. Hagan que se levante, se vista y baje a comer con nosotros. En el comedor conversaban esperando unas treinta personas, entre familiares e invitados; unióse a ellos tranquilamente el Beato. No había pasado un cuarto de hora, cuando se abrió de par en par la puerta y entró seguida de la madre y de otras personas, la joven, caminando con toda soltura. Ante la improvisada aparición, un escalofrío indescriptible invadió a los testigos de la escena, que la miraban estáticos sin atreverse nadie a hablar. Rompió ella el silencio, invitándolos a sentarse. En la mesa sentóse al lado de don Bosco. Comía con ganas y comía de todo. Pasado el general estupor, la alegría reinó soberana; sólo la madre parecía extraña; miraba y callaba. La ingenua señora, un tanto supersticiosa, había hecho embrujar a la hija y le daba a beber agua hechizada, esperando que con este medio se repondría; y también entonces mandó que le sirvieran agua de aquélla. 1 Véase la carta de la Superiora de las Hermanas de la Visitación María Gabriela Guiscard a don Miguel Rúa, Marsella, 25 de enero de 1888. En ella se dice erróneamente que la Hermana murió en Saint-Cyr. (**Es14.355**))
<Anterior: 14. 354><Siguiente: 14. 356>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com