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((**Es13.538**) pero dispuso el Señor que le sucediese León XIII. Me he presentado a él, le he hablado de los cooperadores salesianos y le he suplicado permitiese que su augusto nombre figurase al frente de los mismos, como ya sucedía con el de su antecesor, de feliz memoria. En cuanto se informó del espíritu de la obra, añadió: -No sólo quiero ser cooperador salesiano, sino operador. >>Acaso no debe ser el Papa el primero en incrementar las obras de caridad? He aquí, pues, cómo, perdido un padre, el Señor nos ha proporcionado otro, tan benévolo como el primero. En este año murieron también varios otros beneméritos señores, muy amigos de ayudar al Oratorio; pero el Señor dispuso que otros les sucedieran y la caridad de los fieles no permite que nos falte lo que necesitamos. Esta es la finalidad más importante de hoy, la que debe ocupar a los Cooperadores Salesianos. Hay que continuar las obras ya empezadas, de las que os he hablado; más aún, hay que centuplicar estas obras. Para ello se necesitan personas y medios. Nosotros sacrificamos nuestras personas: el Señor nos las envía cada día dispuestas a todo sacrificio, hasta a dar la vida por la salvación de las almas. Pero no bastan las personas: se requieren también medios nmateriales. Y éstos os toca procurarlos a vosotros, beneméritos cooperadores. Os encargo de proveer estos medios materiales; haced que no falten. Advertid lo grande que es la gracia del Señor, que pone en vuestras manos los medios para cooperar a la salvación de las almas. Sí, en vuestras manos está la salvación eterna de muchas almas. Ya se ha visto, por los hechos que hasta ahora os he narrado, que son muchísimos los que encuentran el camino perdido del cielo, gracias a la cooperación de los buenos. Sería esta la ocasión para daros las más rendidas gracias. Pero, >>cómo hacerlo? No me es posible. Sería una recompensa muy pequeña que yo os agradeciese vuestras buenas obras. Dejaré al Señor que lo haga. Sí, ya dijo muchas veces que considera como hecho a El todo lo que se hace en favor del prójimo: por otra parte, es cierto que la caridad no es puramente material, sino que tiene además una finalidad espiritual, tiene un mérito todavía mayor. Y querría decir, que no sólo tiene un premio mayor, sino que tiene algo de divino. >>Queréis hacer algo bueno? Educad a la juventud. >>Queréis hacer algo santo? Educad a la juventud. >>Queréis hacer algo santísimo? Educad a la juventud. >>Queréis hacer algo divino? Educad a la juventud. Entre las cosas divinas esta es divinísima. Los santos Padres están de acuerdo al repetir las palabras de san Dionisio: Divinorum divinissimun est cooperari Deo in salutem animarum (lo más divino de lo divino es cooperar con Dios a la salvación de las almas). Y explicando este pasaje con San Agustín, se dice que esta obra divina es prenda absoluta de la propia predestinación: Animam salvasti, animam tuam praedestinasti (salvaste una alma, predestinaste la tuya). Por consiguiente, concurrid a hacer estos grandes bienes que os he ((**It13.630**)) señalado, y podéis tener la seguridad de que ponéis a salvo vuestra alma. Por tanto, dejo yo de daros gracias especiales. Sabed, sin embargo, que en la iglesia de María Auxiliadora, mañana y tarde, y puedo decir que durante todo el día, se hacen oraciones especiales Por vosotros, a fin de que el Señor pueda daros las gracias El mismo, con aquellas Palabras que os dirá en el día decisivo del juicio: Euge, serve bone et fidelis, quia in pauca fuisti fidelis, super multa te constituam. Intra in gaudium Domini tui (Ea, siervo bueno y fiel, porque fuiste fiel en lo poco, te colocaré sobre lo mucho. Entra en el gozo de tu Señor). Sacrificaos, sí; pero, tener en cuenta que Jesucristo se sacrificó mucho más y que nosotros nunca nos acercaremos lo bastante al sacrificio que El hizo por nosotros. Alegrémonos. Los que se esfuerzan por imitarle, que hacen cuanto pueden para salvar las almas, estén tranquilos sobre su suerte eterna. Animam salvasti, ani(**Es13.538**))
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