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((**Es13.539**) tuam praedestinasti. Y estas palabras no son exageradas: ciertamente serán coronados con el Intra in gaudium Domini tui, que para todos vosotros pido y deseo de corazón. Terminado que fue el discursito y recibida la bendición, salieron los oyentes al patio, donde rodearon a don Bosco y se entretuvieron con él, durante casi una hora. A partir del 1878, se celebraron semejantes reuniones dos veces al año, doquiera hubiese un grupo de cooperadores con su decurión. El Boletín no dejó nunca de avisar a los lectores sobre la misma en los números de enero y de mayo, publicando después, donde era oportuno, lo que se había dicho y hecho en los diversos centros. El Siervo de Dios don Miguel Rúa, que vio por sus propios ojos y ayudó por igual al desarrollo de la institución, expuso en los Procesos canónicos qué pretendía el Beato Padre al crearla y organizarla. Tres cosas, dijo, llevaba él en su mente: dar satisfacción ante todo a un deber de reconocimiento hacia los bienhechores de sus obras, procurándoles la participación de todos los favores espirituales de la Pía Sociedad Salesiana; animar, además, a todos a la perseverancia en favorecer sus obras y buscar siempre nuevos bienhechores; finalmente, unir a sus bienhechores y bienhechoras, constituyéndolos como otros tantos ayudantes del propio párroco y, por su medio, ayudantes del propio Obispo y, por tanto, en otros tantos hijos devotos de la Suprema Cabeza de la Iglesia 1. La triple finalidad se ha cumplido, como lo demuestra palpablemente la realidad. 1 Positio super virtutibus. Summarium, n.° III &&652-3. (**Es13.539**))
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