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((**Es13.367**) embargo, el año pasado, mientras yo decía desde este lugar las mismas palabras, había algunos que tenían esta intención y se la guardaron y se marcharon fuera hace pocos meses. Esperemos que este año no se repita el caso. Y los que tienen buena voluntad, no se asusten, porque hacen los votos perpetuos, temiendo que, si viniese alguna grave necesidad, no podrán salir de la Congregación; porque, si hubiese graves motivos, el Superior puede también dispensarlos de estos votos... 26 de septiembre. Palabras después de la emisión de los votos: consuelos del religioso en la vida y en la muerte. Si alguno de los que están en la calle hubiese estado presente en la función que acabamos de celebrar, habría razonado así: estos jovencitos, todavía en la flor de la edad, podrían gozar los placeres, aspirar a la gloria del mundo, en cambio, se retiran como locos a un claustro, dejan neciamente las delicias que podrían disfrutar. Y nos calificaría dignos de lástima. Por el contrario, nosotros, que pensamos más en nuestros intereses, razonamos así: si no dejamos ahora estas cosas materiales, las deberemos dejar un día, con la diferencia de que si las dejamos ahora, las tendremos compensadas con el ciento por uno en esta tierra y con la felicidad en el cielo. El Señor concede este céntuplo de muchas maneras. Primero, con la alegría del corazón... También estando en la Congregación, abandonando completamente el mundo, se adquiere gloria. íCuánta alcanzaron san Vicente de Paúl, san Sebastián Valfré, san Carlos Borromeo y muchos otros! Pero, aun con respecto a las cosas materiales, tampoco le faltan en esta tierra. A pesar de nuestra pobreza, tenemos todo lo necesario. Hemos dejado unos hermanos y hemos adquirido otros muchos mejores, que nos ayudan y nos consolarán en el momento de la muerte. Aquí, si uno cae enfermo, se organizan en seguida oraciones especiales por él en las plegarias de la mañana y de la noche; otros hacen visitas a la iglesia por él. Si llega el trance de muerte, se reúnen casi todos ante el Santísimo Sacramento y encomiendan su alma. En el mundo, por el contrario, ve el enfermo a su alrededor una multitud de parientes y amigos que no aguardan otra cosa más que la posesión de sus pobres enseres; y aquí están los testigos, allí el notario, mientras el pobre sacerdote tiene que estar en un rincón y guardar muchas consideraciones. Y cuando el sacerdote intenta acercarse a la cama, se adelanta un primo del moribundo diciéndole: -íPadre, haga el favor de recomendarme para que también a mí me deje algo en herencia, y no lo deje todo a Fulano! Y en medio de este alboroto de cosas temporales, >>qué será del alma del pobre moribundo? En cambio, en la Congregación no se tiene ninguna preocupación por las cosas temporales. Si uno cae enfermo, otros trabajan por él y lo mantienen. Si está sano, trabaja, hace lo que los otros han hecho por él. Si llega a punto de muerte, no tiene ninguna preocupación por las ((**It13.426**)) míseras cosas de esta tierra, porque ya las ha dejado todas y muere rodeado de sus queridos hermanos, que rezan por él; y, aun después de su muerte, se acuerdan de él, y por años y siglos, mientras dure la Congregación, no se perderá su recuerdo. En cambio, apenas muere uno en el mundo, los demás se apoderan de todo lo que tenía y uno se queja de haber recibido poco, otro critica su testamento; otro, dueño de la casa que él habitaba, toma posesión, entra dentro y dice: -Aquí estaba el bueno de Fulano, requiescat in pace, y salud para nosotros. >>Y dónde está aquel bonito reloj que él tenía? >>Dónde puso aquel precioso traje nuevo? No querría que se perdiese. (**Es13.367**))
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