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((**Es13.366**) y, después de una santa muerte, encontrarnos un día todos juntos reunidos para alabarlo en el Paraíso. íBuenas noches! Los aprendices tuvieron sus ejercicios, que empezaron el 27 de mayo, pero las memorias del tiempo no nos han transmitido nada que concierna a don Bosco. En cambio, podemos recoger algo ((**It13.424**)) acerca de la segunda tanda de ejercicios que hicieron en Lanzo los aspirantes, novicios y profesos, y son algunos pensamientos del Beato en dos <> y una plática. 22 de septiembre. Quien quiere entrar en la Congregación, es preciso que ame el trabajo. El tiempo pasa como una sombra: aún no hemos empezado los ejercicios y ya nos encontramos en la mitad. Mañana estaremos en la mitad. Y cada día tenemos materia nueva. Esta mañana han comenzado las confesiones; no se pudo satisfacer a todos, pero todavía habrá tiempo para los demás en los días que quedan. Mañana podrán presentar la petición los que quieren ingresar en nuestra congregación y los novicios que desean hacer los votos. Pero mañana tendremos tiempo para hablar de esto. Los que quieren ser novicios, vayan a don Julio Barberis, él es el encargado de este asunto y sabrá zarandar la criba, y una criba muy fina para algunos. Mientras tanto quiero que os convenzáis de una cosa: no se permite que le falte nada de lo necesario al que entra en la Congregación, pero es preciso trabajar. A veces un Superior quiere dar una asistencia a alguno y éste responde: -íPero es que tengo ya que dar tal clase! Quiere darle otra ocupación, y huye de la obediencia con otra disculpa, hasta que el Superior, desalentado, lo deja en un rincón, abandonado a sí mismo y sin dar golpe. Este no es el espíritu de la Congregación, nadie entre en ella con la esperanza de estarse mano sobre mano... 23 de septiembre. Quien quiere hacer los votos, no tenga segundas intenciones. Estamos realmente en la mitad de nuestros ejercicios; hasta ahora se ha sembrado, ahora hay que recoger. Muchos ya se inscribieron hoy y, si alguno tuviese todavía este deseo, podrá hacerlo mañana. Ahora es tiempo de descargar un martillazo en los cuernos del demonio, y acabar con él, con el mundo y con la carne, emitiendo, los que han cumplido ya su tiempo de noviciado, los votos trienales o perpetuos. Yo no hago gran diferencia entre estos dos votos, en razón de que miro la intención que uno tiene de permanecer en la Congregación. Pues si uno, porque ve que no puede arreglárselas a su gusto en otra parte, intentara engañar a don Bosco, haría ciertamente una cosa digna de reproche. Puede haber quien diga: -íMe quedo un año con don Bosco y, mientras tanto, como un año el pan a su costa y estudio a expensas ajenas! Otro dirá: -Yo me quedo tres años en el Oratorio, sin preocuparme de la comida y el vestido, después buscaré lo que me guste. Estos harían mejor siendo leales y yendo al Superior a decirle claramente: -Yo no quiero quedarme en la Congregación, pero quisiera hacer mis estudios y no tengo medios. Haga usted el favor de proporcionármelos. Entonces el Superior verá si puede encontrar algún medio para facilitarle la manera de estudiar; ((**It13.425**)) por lo demás, vaya a otra parte, si puede, a hacer fortuna, pero no emita los votos. Sin (**Es13.366**))
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