Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es12.486**) Pero >>es esto lo que quiere don Bosco? íNo, no! Escuchad quiénes son los amigos de don Bosco, éstos ((**It12.576**)) y nadie más: los que se esfuerzan con él para salvar su propia alma. Estos y nadie más son los verdaderos amigos de don Bosco. Si don Bosco trabaja tanto para salvar vuestras almas, que después de todo no son suyas, será preciso que también vosotros os dediquéis con todo empeño a cooperar en la salvación de vuestra alma, de la que don Bosco es responsable ante el Señor. Yo; entre tanto, pediré siempre al Señor y a la bienaventurada Virgen María que os lleve a todos al paraíso. Buenas noches. Después de la fiesta de la Inmaculada hubo una pequeña novedad, que ofreció a don Bosco la ocasión de hacer oír su apreciada palabra. El crecido número de novicios obligó a proporcionarles una nueva sala de estudio, mucho más amplia que la anterior. Se colocó en ella una hermosa estatua de la Santísima Virgen. Los novicios prepararon una veladita para la inauguración del aula y la bendición de la sagrada imagen, e invitaron a ella a don Bosco. Este aceptó de buen grado la invitación, y quiso que se reunieran allí para la conferencia general todos los salesianos del Oratorio. Así, pues, el domingo 10 de diciembre, por la tarde, se reunieron unas doscientas personas en el salón de estudio del noviciado ante la imagen de María Santísima, colocada bajo un hermoso dosel y rodeada de luces y flores. Era la primera fiestecita que hacían los novicios por su propia iniciativa; por lo cual brillaba la más viva alegría en sus rostros. Entró don Bosco, se invocó al Espíritu Santo, y los cantores ejecutaron un himno de ocasión; a continuación se revistió el Siervo de Dios de sobrepelliz y estola, y bendijo la estatua con las oraciones rituales. Después se sentó junto al altarcito levantado ante la imagen de la Santísima Virgen y habló así: Ya no somos unos chiquillos: estamos ante un grupo de estudiantes de filosofía y sabemos que yo no he bendecido a la Virgen, sino a una estatua que la representa. Sabemos también que al honrar esta imagen, entendemos hacerlo a la Santísima Virgen, representada por esta estatua. El mundo nos juzga mal y especialmente los protestantes son contrarios a estas prácticas, que tachan de idolatría, y para rebatirnos nos presentan el texto de la sagrada Biblia: Tú no harás imágenes ni estatuas. Pero nosotros no somos tan necios como para confundir el agua con el café; pues tenemos suficientes entendederas para juzgar las cosas. ((**It12.577**)) Nosotros ponemos como base el principio: Adorarás a un solo Dios, y con él quedan excluidos todos los demás. Sentado esto, >>qué pueden objetar todavía los protestantes? >>Cómo debemos, pues, interpretar ese paso de la Sagrada Escritura? Se interpreta así: No harás estatuas, ni imágenes de animales o de otra cosa para adorarlas. Esto es: para adorarlas, que no es venerar ni respetar. La adoración, que con un vocablo griego se llama latría, significa culto supremo, servicio supremo, que prestamos sólo a Dios. (**Es12.486**))
<Anterior: 12. 485><Siguiente: 12. 487>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com