Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es12.485**) dolor o de alguna otra cosa; y después de una buena confesión, romper toda atadura que nos pueda tener ligados al demonio. Hay otro caso en el que habría que hacer confesión general, y es cuando, por desgracia, se hubiese callado deliberadamente un pecado mortal en la confesión, y lo hubiese vuelto a callar la vez siguiente que fue a confesar, y en este mismo estado hubiese dejado pasar la Pascua, la Navidad, el Corpus Christi, y años enteros con una serie continua de confesiones mal hechas. Supongo que a ninguno de vosotros le sucede esto; pero, si lo hubiese, que no deje pasar esta fiesta sin poner en orden su conciencia, si no quiere correr peligro de condenarse eternamente. Vaya a confesar la culpa que calló, vuelva a hacer las confesiones posteriores y empiece una vida nueva. ((**It12.575**)) Domingo Savio vino a verme la víspera de la novena de la Inmaculada Concepción, y me dijo: -Yo querría hacer bien esta novena. -Y yo me alegro de que la hagas bien, le contesté. ->>Y qué tendría que hacer? -Mira: cumple bien las prácticas de piedad. -Conforme; pero yo quisiera hacer algo más, replicó Domingo. -Recibe más a menudo la santa comunión. -También yo lo espero hacer, y con la ayuda del Señor quiero comulgar todos los días; pero aún querría hacer más. ->>Y qué quisieras hacer por la Virgen? -Quiero hacer confesión general y después renovar a la Virgen la promesa, ya tantas veces repetida, de no dar nunca una mirada, ni tener el más mínimo pensamiento contra la virtud de la pureza. Si Domingo Savio era observante en todo, en este punto lo era en sumo grado. Hizo su confesión general con gran edificación de todos los que le vieron. Cuidaos también vosotros de hacer bien, por cuanto os sea posible, esta novena imitando el ejemplo de Domingo Savio. >>Será, pues, necesario que hagáis todos confesión general? No; como ya he dicho al empezar, no quiero esto; mas, si alguno lo necesitase, no deje pasar la ocasión de esta hermosa fiesta. Y si no pudiese todavía arreglar los asuntos de su conciencia el día de la Inmaculada, venga en los días siguientes hasta el domingo, que yo estaré siempre en la sacristía dispuesto a recibirlo. íMas, por el amor de Dios, no haya ninguno que aparte a los demás de la confesión! Otra cosa que quería deciros, es que os queráis unos a otros, que os améis para haceros el bien mutuamente, para daros buen ejemplo, para daros buenos consejos. Pero que no existan nunca jamás entre vosotros esas amistades que, por desgracia, se entablan para escandalizarse, para sostener malas conversaciones, para asesinarse el alma mutuamente. Tales son precisamente los que se juntan para hacer el mal, para hacer hurtos, como precisamente he oído, con gran disgusto, que ha sucedido hace algún tiempo. Se hurta en la huerta, en el comedor, en la cocina; e incluso el enfermero tiene que vigilar atentamente para que no le quiten lo que tiene guardado para los enfermos. Hasta se vendieron toallas, camisas, sin duda robadas. >>Estamos en una casa de ladrones? Ya fueron expulsados algunos del Oratorio por este motivo. No es que yo dude de ninguno de vosotros; es únicamente para advertir y prevenir a quien lo necesitare. Una cosa más y os dejo. Vosotros decís siempre que queréis a don Bosco, pero hay que demostrar este amor con los hechos. Si os preguntan: ->>Quieres a don Bosco? -íNo lo dude!, respondéis enseguida. (**Es12.485**))
<Anterior: 12. 484><Siguiente: 12. 486>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com