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((**Es11.303**) 10.° Dense las acostumbradas conferencias dos veces al mes: en una de ellas se lean y expliquen las Reglas y en la otra se trate algún punto moral. No se omitan jamás estas conferencias. Si, por cualquier motivo, el director no pudiera darla alguna vez, súplase al menos con una lectura espiritual; pero no falte nunca ésta. 11.° Se observen bien las Reglas de la Congregación. Su observancia nos conducirá ciertamente a alcanzar este fin. 12.° Lo que yo entiendo como la guarda del orden y de la moralidad, el medio con que el director puede tener en sus manos la llave de todo, es el coloquio o cuenta de conciencia, puntualmente recibido todos los meses. No debe descuidarse nunca por ningún motivo y debe celebrarse con calma y esmero. Todo Director debe preguntar siempre estas dos cosas: primera, >>encuentras en el desempeño de tu cargo algo que no te va y pone en peligro tu perseverancia en la vocación?; segunda, >>te consta que deba hacerse o impedirse algo para evitar un desorden o un escándalo en casa? Por lo general los hermanos hablan y descubren cosas, en las que nunca hubiéramos pensado y que muchas veces ellos creían que ya las sabíamos o que les dábamos poca importancia. Esta misma mañana, por las poquísimas palabras que me dijo un hermano a quien pregunté, se me abrieron los ojos sobre una ((**It11.355**)) cosa importantísima, que en cuanto se quite, quedará cerrada una fuente de desórdenes y escándalos, que a veces suceden en casa, y que no se puede comprender dónde se originen. Cuando a través del coloquio se sabe algún mal o fuente de desorden en alguno de los hermanos, tómese nota de ello y, cuando le llegue a aquél su turno, hágansele preguntas alusivas o se le pregunte directamente sobre esto o aquello, según los casos. Así se remedian inconvenientes, aun gravísimos, sin que nadie se ofenda; y se corrige de ciertos defectos a individuos, que a veces, sin ellos darse cuenta, son causa de desórdenes, perjuicios o escándalos. Pero hay que procurar atentamente en los coloquios no inmiscuirse en las cosas de confesión. Son cosas que deben estar enteramente separadas: estos coloquios deben versar únicamente sobre cosas externas, puesto que nosotros necesitamos servirnos de cosas tratadas en el coloquio y, si se entra en cosas de confesión, nos encontraremos después en un lío confundiendo confesión y coloquio o cuenta de conciencia. 13.° A más de estos coloquios y otros medios, ayudará muchísimo a mantener la moralidad el impedir de todos modos las merendolas entre muchachos y clérigos, o bien de clérigos, muchachos y maestros (**Es11.303**))
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