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((**Es10.1009**)pueda tener en el mundo con la esperanza de una recompensa mayor en el cielo.Ofrece por amor de Dios abandonar al padre, a la madre, a los hermanos y a las hermanas, la casa y todo cuanto posee. Pero sucede que, como aún tiene el alma unida al cuerpo, necesita todavía de medios materiales para alimentarse, vestirse y trabajar. Por eso él, a la par que renuncia a cuanto poseía, busca agregarse a una sociedad en la que pueda satisfacer las necesidades de la vida, sin cargar con el peso de la administración temporal. >>Cómo debe, pues, conducirse en la Sociedad tocante a las cosas temporales? Las Reglas de la Sociedad resuelven todos los problemas; por tanto, practicando las reglas queda resuelta toda necesidad. Una sotana, un pedazo de pan, deben ser suficiente para un religioso. Si necesitare algo más, indíquelo al Superior y lo tendrá. Pero aquí deben concentrarse los esfuerzos de cada uno. Quien puede proporcionar alguna ventaja a la Sociedad, hágalo, pero no se constituya nunca en centro de sí mismo. Esfuércese por lograr que haya una sola caja, lo mismo que debe haber una sola voluntad. El que tratase de vender, comprar, cambiar o guardar dinero para su propia utilidad... el que hiciese esto sería semejante a un labrador que, mientras los otros trillan y amontonan el trigo, él lo esparciera y tirara a la arena. A este respecto debo recomendar que tampoco se guarde dinero so pretexto de ser útil a la Sociedad. Lo más útil para la Sociedad es la observancia de las Reglas. La ropa, la habitación, los muebles de la misma deben ser sencillos. Un religioso debe estar preparado en todo momento para dejar su celda y presentarse ante su Creador sin nada ((**It10.1099**)) que le duela tener que abandonar y sea para el Juez motivo de reproche. (Proceda, pues, en todo guiado por la obediencia, pero con humildad y confianza. No se oculte nada al Superior, no se haga nada a escondidas suyas. Abrale cada uno su corazón como un hijo a un padre con franca sinceridad). Así, el Superior mismo estará en condiciones de conocer el estado de sus hermanos, remediar sus necesidades, y tomar las medidas que ayuden a facilitar la observancia de las Reglas y la utilidad de toda la Sociedad. Habría mucho que decir a este respecto. Esto se hará en otra carta, con conferencias apropiadas, y especialmente en los próximos ejercicios de Troferello, si Dios, por su gran misericordia, nos mantiene en vida, como espero, y nos ayuda a podernos reunir todos allí en el próximo mes de septiembre. La gracia de Nuestro Señor Jesucristo esté siempre con nosotros y nos conceda el espíritu de fervor y el precioso don de la perseverancia en la Sociedad. Amén. Afmo. en Jesucristo JUAN BOSCO, Pbro. 2. ¦ ECONOMIA EN TODO, pero no exagerada, haciendo todos los ahorros posibles Esta circular se envió a las Casas, mientras se empezaban las últimas gestiones para la aprobación definitiva de las Constituciones. Por consiguiente, esta carta y las dos siguientes contienen las tres mayores recomendaciones del Santo (**Es10.1009**))
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