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((**Es10.1010**) 4 de junio de 1873 A los amados hijos de San Francisco de Sales de Turín-Valdocco La experiencia, hijos queridísimos, es una gran maestra. Pero si con ella se aprende lo que puede resultar provechoso para el bien común o privado de las familias, ciertamente será de mayor utilidad en las familias religiosas, en las que no debe existir más intención que la de conocer el bien para practicarlo, y el mal para evitarlo. Por este motivo juzgo oportuno exponeros algunas cosas que observé en la visita que acabo de hacer a nuestras casas, y esto para utilidad de los socios en particular y de toda nuestra Congregación en general. Algunas de ellas se refieren al interés material; otras a la moral y a la disciplina. Este será el tema de tres cartas distintas. La marcha material de nuestras casas debe constituir en este momento el objeto de nuestras solicitudes, porque la adquisición, la construcción, la readaptación y la fundación de nuevas casas fueron causa ((**It10.1100**)) de cuantiosos gastos; y la subida de precios en toda suerte de comestibles hace que las salidas mensuales sean muy superiores a las entradas. Debemos, por consiguietne, pensar seriamente en alguna economía y estudiar juntos las cosas prácticas, con las que podamos hacer algún ahorro. Las expondré brevemente. 1.° No se emprenda durante este año ninguna construcción, que no sea estrictamente necesaria. Háganse únicamente las reparaciones, que se consideren indispensables. Calcúlese en estos casos lo que se considera necesario hacer y el importe aproximado, y se envíe la nota previamente al Capítulo Superior. 2.° No se hagan viajes innecesarios, y, por cuanto sea posible, se eviten los compromisos, encargos o incumbencias que ocasionaran gastos y pérdida de tiempo.Los que están en situación de hacer estos gastos por sí mismos, o por medio de otros, sepan aprovecharse de ello con prudencia. 3.° Llámese la atención sobre la observancia de los artículos 2, 3, 4, 5, y 6 del capítulo IV de nuestras Reglas; explíquenlos prácticamente los Directores; si es necesario, hablen de ellos en particular, o denuncien el asunto al Superior. Estos artículos son la base de la vida religiosa y llevan consigo al desapego de las cosas terrenas, de las personas y de uno mismo, y hacen que las solicitudes comunes se orienten hacia el cumplimiento de los propios deberes, y al mayor bien de la Congregacion. 4.° Limítense a lo estrictamente necesario la compra de libros, de sotanas, de ropa blanca, calzado, utensilios y objetos de uso; hasta donde lo permita el decoro, háganse reparar las cosas que se poseen. 5.° También en los comestibles puede introducirse alguna economía; tened cuidado de las cosas que pueden conservarse, haced compras al por mayor, con prudencia en los géneros más caros, como la carne y el vino; en la regularidad y calidad de los condimentos; cuidad que no se malgaste el pan, ni las comidas, ni el vino, ni la luz, ni la leña; haced invitaciones solamente en casos de estricta conveniencia, y no olvidéis en estas mismas invitaciones que vivimos de la Providencia y no tenemos renta alguna, y que el espíritu de pobreza debe informar todo lo nuestro. Estos son otros tantos puntos a tener en consideración. 6.° Establecer contactos entre las casas para sacar provecho en las compras y suministros (**Es10.1010**))
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