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((**Es9.697**) alegrarán. Conserva, pues, junto a ti aunque solamente sean dos asesores, pero a cualquier parte que vayas, continúa y termina la obra que te fue confiada. >>Los días corren velozmente y tus años se acercan al número establecido; pero la gran Reina será siempre tu auxilio y como en los tiempos pasados, también en el porvenir será siempre magnum et singulare in Ecclesia praesidium (grande y singular ayuda de la Iglesia). >>Y a ti, Italia, tierra de bendiciones, >>quién te ha sumergido en la desolación?... No digas que tus enemigos, sino tus amigos. >>No oyes a tus hijos que piden el pan de la fe y no encuentran quien se lo parta? >>Qué haré? Heriré a los pastores, ahuyentaré el rebaño, a fin de que los que se sientan en la cátedra de Moisés busquen buenos pastos y la grey escuche dócilmente y se alimente. >>Pero sobre la grey y sobre los pastores caerá mi mano; la carestía, la peste, la guerra, harán de manera que las ((**It9.782**)) madres lloren la sangre de los hijos y de los esposos muertos en tierra enemiga. >>>>Y de ti, Roma, qué será? íRoma ingrata, Roma afeminada, Roma soberbia! Has llegado a tal punto de insensatez que no buscas y no admiras otra cosa en tu Soberano, más que el lujo, olvidando que tu gloria y la suya están en el Gólgota. Ahora él es anciano, decrépito, inerme, despojado; mas con su palabra esclavizada hace temblar todavía a todo el mundo. >>íRoma... yo vendré cuatro veces sobre ti! >>En la primera heriré tus tierras y sus habitantes. >>En la segunda llevaré el estrago y el exterminio hasta tus murallas. >>>>No abrirás aún los ojos? >>Vendré por tercera vez, abatiré defensas y defensores y al mandato del Padre comenzará el reinado del terror, del espanto y de la desolación. >>Pero mis sabios huyen, mi ley sigue todavía conculcada; por eso haré una cuarta visita. íAy de ti, si mi ley continúa siendo letra muerta para ti! Habrá prevaricaciones entre los doctos y entre los ignorantes. Tu sangre y la de tus hijos lavarán las manchas que has echado sobre la ley de tu Dios. >>La guerra, la peste, el hambre son los flagelos con que será castigada la soberbia y la malicia de los hombres. >>Dónde están, oh ricos, vuestras magnificencias, vuestras villas, vuestros palacios? Se han convertido en basura de plazas y calles. >>Pero vosotros, sacerdotes, >>por qué no corréis a llorar entre el (**Es9.697**))
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