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((**Es9.635**) sin que por ello se violasen las constituciones; pero que, para el que necesitara tomar vacaciones, cuidar una enfermedad o cambiar de aires, estaban las casas de Chieri, Lanzo, Mirabello, Trofarello y la nueva de Cherasco, que se abriría pronto, provistas de todo lo necesario. Hizo notar después que, de haber podido, habría prohibido la lectura de periódicos: toleraba que se leyeran los buenos, en privado, pero jamás en público, delante de los muchachos. El 17 de septiembre. -Se leyó en la mesa una larga carta escrita a don Bosco por el padre misionero Comboni, que preparaba local en El Cairo para un colegio que debían establecer los salesianos en Egipto, para las misiones de Africa. Por la noche, hicieron los votos trienales cuatro socios y, antes de ir a acostarse, habló así don Bosco: <((**It9.712**)) alguno de vosotros se desasosegó un poco. Decía: >>->>Cómo se entiende que, debiendo tratar con los muchachos, no podamos tomar nunca a ninguno de la mano, no tenerles ninguna simpatía? >>Que si nos asalta una mala imaginación, tenemos que escapar y encerrarnos en la habitación? >>Y seguía exponiendo otras objeciones por el estilo. >>Pero yo, mientras repito y confirmo lo que he indicado como causa de graves peligros, y que vosotros debéis evitar, observaré que allí donde de por sí no hay culpa, no deben tener lugar las exageraciones. Yo no he querido decir que un apretón de manos, una amistad honesta, una palabra afectuosa, aun cuando a veces produzcan algún mal pensamiento, si éste no se consiente, sean pecado; digo solamente que no hay que ponerse en ocasiones que sean tales para un espíritu débil. Añado, además, que se tengan ciertos comportamientos de fraterna benevolencia, cuando sean necesarios, pero siempre con cautela y que no sean cosa continua. >>La recta intención, la gracia de Dios, el trabajo constante, la oración, los sacramentos, la obediencia a las reglas, forman una especie de armadura que difícilmente puede deshacer el demonio. Y son una espléndida prueba de ello todos estos nuestros campeones que trabajan con nuestros muchachos. >>Por lo demás, yo aconsejo que no entre en nuestra Pía Sociedad a quien no se sintiere con ánimos para conservar esta virtud estando entre los jóvenes.>> El 18 de septiembre dio don Bosco la plática de conclusión, de la que podemos extractar algunos pensamientos. (**Es9.635**))
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