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((**Es9.490**) -Señor Abate, es necesario que os apresuréis para alcanzar también la aprobación de las Constituciones; estoy informado de todo, conozco vuestro y os ampararé de todas maneras. Pero ya soy viejo, de un momento a otro puedo faltar, y a saber quién será elegido Papa después de mí y cómo se prorrogarán las cosas. -Padre Santo, respondió don Bosco con su tranquilidad habitual; el Señor os reserva todavía para grandes cosas; tenéis que hacer mucho bien a su Iglesia. -íEh!, respondió Pío IX, sólo falta un año y medio para los veinticinco y no hay que olvidar el non videbis dies Petri (no verás los días de Pedro). -íNo es verdad de fe! -Cierto, no es de fe; pero es una sentencia que aún no han desmentido los siglos. -Escuche, Santidad, prosiguió sonriendo don Bosco; ante todo hay que deducir año y medio durante el cual Su Santidad estuvo en Gaeta y no en Roma. Además, san Pedro, encima de los veinticinco años de Roma, estuvo siete en Antioquía y dos en Jerusalén: por eso digo a Su Santidad, que no só lo videbis dies Petri, sino todavía más. -Pues bien; cuando lleguemos a aquel punto, entonces tendré en cuenta lo que me habéis dicho y celebraré vuestra predicción. ((**It9.540**)) Finalmente el Padre Santo le dio unas sabias normas para que la Pía Sociedad se fundamentase cada vez más en la vida religiosa y le encargó se las recomendara como guía práctica a los socios. También le dio consejos y recomendaciones para los jóvenes alumnos. La audiencia duró una hora. Aquella misma tarde escribía monseñor Manacorda a don Miguel Rúa: Queridísimo Padre: Don Bosco ha recibido su carta, pocas horas después de haber enviado yo mi anterior. Ahora, que acabó lo relativo a la Congregación de San Francisco de Sales, da vueltas para encontrar con qué pagar la nueva casa de Roma. Parece que los primeros pasos van bien. Espero que, tampoco en esto, abandone el Señor a su fiel siervo. Tal vez el lunes o el martes se haga el acta notarial y así don Bosco volverá a Turín llevándose dos escrituras de la máxima importancia. La de la compra de una casa y la de la aprobación de la Pía Sociedad. Bendito sea Dios y bendita sea la Santísima Virgen Auxiliadora de los Cristianos. Don Angel Savio está autorizado por don Bosco para cerrar el contrato de venta del inmueble que usted sabe: firmará la escritura don Bosco apenas llegado a ésa. (**Es9.490**))
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