Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es9.387**) Guastalla, Lucca, Albenga, Mondoví, Asti, y de los Vicarios Capitulares de Acqui y Susa. No respondieron los Ordinarios de Milán, Cúneo, Bérgamo, Piacenza, Módena, Florencia e Ivrea. El de Pinerolo dio voto desfavorable. No contento con las cartas comendaticias individuales, intentó el Venerable obtener una aprobación colectiva de los Obispos de la Provincia Eclesiástica de Turín. El Arzobispo había convocado a sus sufragáneos para tratar de los temas a proponer al Concilio Ecuménico y de otros asuntos ((**It9.420**)) para utilidad de sus diócesis. Eran estos los Obispos de Alba, Asti, Cúneo, Ivrea, Mondoví, Pinerolo, Saluzzo y los Vicarios Capitulares de Acqui, Fossano y Susa. Y don Bosco, después de haber hablado con el Arzobispo monseñor Riccardi, envió a la asamblea de dichos prelados la siguiente humildísima súplica. Excelencias Reverendísimas: Persuadido de que sus Excelencias Reverendísimas quieran bondadosamente escuchar mis pobres expresiones, me animo a indicar enseguida mi finalidad, que se refiere a la Institución comúnmente llamada Oratorio de San Francisco de Sales. Creo que Sus Excelencias ya se han dignado tomar parte en alguna función sagrada, o al menos visitado o de otro cualquier modo beneficiado a los pobres muchachos, que acostumbran reunirse en los locales, llamados Oratorios Festivos y Asilos de la Juventud. Para poder tener en ellos catequistas, maestros y asistentes, se comenzó una especie de Congregación, de la que ya hay una relación en la Notitia Brevis, una copia de la cual me he permitido enviar a cada una de Sus Excelencias. Todo ha procedido siempre bajo la guía y con el consejo de monseñor Fransoni, de feliz memoria. Este benemérito y llorado Prelado instaba constantemente a que se estudiara un medio para dar forma estable a esta Institución, para que pudiera existir tras la muerte del que esto escribe. Con trato de singular clemencia me constituyó a tal fin Director Jefe de los Oratorios Masculinos. Además, con una carta de recomendación, me envió a Roma el año 1858. El Padre Santo, después de examinarlo todo, terminó con estas palabras: <>. En audiencias posteriores el mismo Padre Santo me expuso el proyecto de un reglamento, que yo procuré redactar y formar con trece capítulos, divididos en muchos artículos breves. Este reglamento fue presentado al loado monseñor Fransoni, quien me dijo personalmente que lo había leído y hecho leer a una persona experta, y que lo volvía a enviar con algún detalle práctico que inmediatamente fue introducido en las proyectadas Constituciones. Después de cinco años de prueba, se presentaron estas Constituciones a la Santa (**Es9.387**))
<Anterior: 9. 386><Siguiente: 9. 388>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com