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((**Es9.247**) Las comuniones fueron aún más numerosas que en los días anteriores. En la comunión general participaron más de mil fieles. Por causa de la procesión solemne en la catedral, no hubo aquel día ninguna función religiosa desde las nueve de la mañana hasta las seis de la tarde. Gracias a ello, don Bosco tuvo comodidad para hablar con diversos forasteros, llegados a dar gracias a Dios por los beneficios recibidos o para suplicar a la Santísima Virgen que les auxiliase en las aflicciones que les atormentaban. La sacristía estuvo constantemente abarrotada de personas. Narraremos algunos de los muchos hechos que condujeron a los devotos a aquella solemnidad. A las diez de la mañana se presentó en la sacristía Luis Costamagna, hermano de don Santiago. -íHola, amigo! díjole don Bosco; >>qué hay? -Vengo de Caramagna con mi esposa, para dar gracias a María Auxiliadora por un singular favor, debido a su intercesión. ->>Y se puede saber cuál ha sido? -Claro que se puede saber; se lo cuento enseguida. Mi esposa estaba enferma hacía mucho tiempo y, pese a los cuidados de los médicos, se encontraba a punto de morir. Una noche, cerca de las once, parecía que iba a dar el último suspiro. Como ya no sabía qué hacer, le ((**It9.259**)) dirigí estas palabras: -<>. Sin decir palabra, la enferma inclinó la cabeza indicando que aprobaba mi proposición. íQué maravilla! Pocos minutos después, mi esposa recobró el habla, comenzó a mejorar, y en pocos días se encontró perfectamente curada. Ahora hemos venido a Turín para cumplir nuestra obligación, es decir, para recibir la sagrada comunión en la nueva iglesia y hacer un donativo según nuestra condición. ->>Podréis darme por escrito lo que me habéis contado? -Aquí está, lo tenía preparado. En él están expuestos los detalles de la enfermedad; puede publicarlo, si a usted le place, para gloria de Dios y honra de la bienaventurada Virgen María. Mientras hablaba Costamagna con don Bosco, presentóse ante el Venerable un pobre hombre que llevaba a un niño de la mano y, sin más preámbulos, le dijo: -Vengo de Bra para dar gracias a la Virgen Auxiliadora. Mi hijo casi había perdido la vista. Los más famosos médicos no sabían qué sugerirme; he hecho la novena con promesa de venir a cumplir mis devociones en esta iglesia y aquí estoy para ello, puesto que mi hijo curó del todo. íMírelo, qué bien está y qué limpios tiene los ojos! (**Es9.247**))
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