Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es9.223**) Todo lo espero de sus oraciones, sometiéndome siempre a la voluntad de Dios. Por mi parte ofrezco a la nueva iglesia y pongo a los pies de la Virgen la cantidad de cinco mil liras (5.000) que entregaré a V. S. M. R. en cinco plazos anuales, el primero de los cuales dentro del corriente año, y los otros en años sucesivos. Dígnese, entre tanto, aceptar los sentimientos de mi profunda estima y veneración, y permítame besar respetuosamente su mano, profesándome, De V.S.M.R. Muy atto. y seguro servidor FEDERICO CALLORI ((**It9.229**)) Las maravillas de la Virgen al proveer de cuanto se necesitaba para el culto divino, se mostraron hasta en lo que era necesario para la honesta manutención de aquellos días. Había muchos personajes, procedentes unos de lejanos pueblos, ocupados otros en el servicio religioso, como por ejemplo los Obispos y los que les asistían, que no podían alejarse del Oratorio sin grandes molestias; y la pobre condición de don Bosco le incapacitaba para proveer de lo necesario para atender a tantos ilustres invitados; mas he aquí que un acomodado señor puso a su disposición cubiertos, vajilla, cristalería y todo lo necesario para el servicio de la mesa. Además de esto, había que preparar comida abundante para todos; para el personal del Oratorio y el de los dos colegios de Mirabello y Lanzo; para los párrocos y demás sacerdotes que acudieron en buen número desde sus pueblos; para los músicos de fuera: más de quinientas personas. Al mismo tiempo convenía tratar convenientemente a los mil doscientos alumnos asistentes a las fiestas. >>Cómo proveer de todo? Los bienhechores enviaron vino en barriles y cajas de botellas del más exquisito, desde pueblos diversos y lejanos, famosos por sus viñedos. Otros enviaron gran cantidad de mortadela de Bolonia y embutidos de Parma. De Lombardía llegó toda clase de queso y salchichón, frutos tempranos y elaborados, pollos, huevos, carne, café, chocolate, azúcar, galletas y pan de varias clases, que fueron la providencia cotidiana de ocho días. En un solo día llegaron de Milán, de Génova y de Turín tres bonitas y grandes hogazas, Un confitero de la ciudad quiso suministrar gratuitamente durante el octavario caramelos y dulces de toda clase. A medida que iban llegando los regalos se colocaban ordenadamente en almacenes destinados a ello. Los testigos de tantas provisiones no podían entender lo que pasaba, porque no se había pedido nada. En efecto, muchos donantes eran desconocidos del todo y no habían tenido nunca relación alguna con el Oratorio. (**Es9.223**))
<Anterior: 9. 222><Siguiente: 9. 224>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com