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((**Es9.201**) son argumentos que prueban la santidad del Siervo de Dios y demuestran que había en él la fe capaz de transportar las montañas, unida a un espíritu de sacrificio sin condiciones para obedecer a la voluntad del Señor. En efecto, la divina Providencia está dispuesta a ofrecer la ayuda necesaria, a condición de que el hombre emplee todos los medios, pidiendo consejo, implorando la ayuda de los demás, empleando como mejor pueda sus pensamientos, su vigilancia, su trabajo. La Providencia no es para holgazanes. Los Santos estaban seguros de que Dios velaba junto a ellos y por ellos; no obstante, actuaron siempre con tal cautela, con tales medidas, con tal atención que no hubieran hecho nada, si Dios los hubiera abandonado a sus solas fuerzas. Pero no hubo nada, por arduo, difícil y trabajoso que fuera, que no lo emprendieran, cuando se trataba de la gloria del Señor. Confiaban que él, una vez agotados los medios humanos, acudiría en su socorro: Ayúdate, que yo te ayudaré. Así hizo don Bosco. No ahorró viajes, vigilias, fatigas, sudores, penurias, diligencias, afrentas, persecuciones y humillaciones para socorrer a los muchachos pobres, como si tuviera que esperar el feliz resultado de sus heroicas empresas, de su industria y no de la protección divina. Estaba persuadido de que era necesario merecer con los propios sacrificios la protección del cielo: Dominus regit me et nihil mihi deerit (Yavéh es mi pastor, nada me falta) (Sal. XXII, vers. 1 ). Mientras tanto don Bosco repartía entre personajes distinguidos muchos ejemplares del librito titulado: Maravillas de la ((**It9.204**)) Madre de Dios, invocada con el título de María Auxiliadora; y nosotros hemos encontrado, entre las cartas de agradecimiento, la siguiente tarjeta de visita: <>. No pasaba día sin que el Siervo de Dios no escribiese una línea, en las cartas o en las estampas, en honor de la bienaventurada Virgen María para inspirar devoción hacia Ella, y conservaba las narraciones de gracias obtenidas por su mediación para formar con ellas libritos a fin de que María fuese cada vez más honrada y amada. El 14 de mayo enseñaba a los alumnos cómo debían hacer la novena de María Auxiliadora. Tengo que daros una buena noticia: mañana empieza la novena de María Auxiliadora. Este año no podremos celebrarla todavía en la iglesia nueva, pero esperamos (**Es9.201**))
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