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((**Es9.183**) Tal como lo prometió, lo hizo. Seguidamente expuso este mismo sueño a los jóvenes de Mirabello y de Lanzo, pero resumiendo la narración. Repitió cuanto había visto sin hacer cambios notables, aunque no faltaban algunas variantes. Al narrarlo privadamente a sus sacerdotes y clérigos de más confianza, añadía algún detalle más. En ocasiones omitía algunas cosas y ponía de manifiesto otras. En la descripción de los lazos introdujo una nueva idea sobre la argucia del demonio y su manera de arrastrar a los jóvenes hacia el infierno, hablando de las malas costumbres. De muchas escenas no dio explicación: por ejemplo, de los personajes de agradable aspecto que se encontraban en la sala magnífica y que nosotros nos atreveríamos a decir que ((**It9.182**)) simbolizan: El tesoro de la misericordia de Dios para salvar a los jóvenes, que de otra manera habrían perecido. Tal vez eran los principales ministros de innumerables gracias. Ciertas variantes provenían de la multiplicidad de las cosas vistas al mismo tiempo, las cuales, al reproducirse en su imaginación, le hacían escoger lo que el siervo de Dios juzgaba más oportuno para sus oyentes. Por lo demás, la meditación de los novísimos era algo familiar en don Bosco, y, como fruto de ella, su corazón se encendía en una vivísima compasión hacia los pobres pecadores amenazados por el peligro de una eternidad tan horrible. Este sentimiento de caridad le hacía sobreponerse al respeto humano, invitando a la penitencia con una prudente franqueza incluso a personajes distinguidos, siendo de tal eficacia sus palabras que conseguía numerosas conversiones. Nosotros hemos ofrecido fielmente aquí cuanto escuchamos de labios del mismo Siervo de Dios y cuanto nos refirieron de viva voz o por escrito numerosos testigos sacerdotes, formando con el conjunto una sola narración. Ha sido un trabajo arduo, porque deseábamos reproducir con exactitud matemática cada una de las palabras, cada unión de una escena con otra, el orden de los diferentes hechos, avisos, reproches, y todas las ideas expuestas y no explicadas, entre las cuales no faltará alguna de las que se dejan sobreentender. >>Hemos conseguido nuestro propósito? Podemos asegurar a los lectores que hemos buscado un sola cosa con la mayor diligencia, a saber: la de exponer con toda la fidelidad posible las largas charlas de don Bosco. (**Es9.183**))
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