Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es8.795**) tal estado que los médicos, después de una consulta, creyeron que era incurable y que se debía amputar. El pobre Ghisolfi exclamó ante tal sentencia: >>-Antes quiero realizar un experimento, quiero encomendarme a don Bosco, para que me diga lo que debo hacer en honor de María Auxiliadora para obtener la curación. >>En efecto, me escribió y la respuesta fue que, si sanaba, trajese un ladrillo para la iglesia. Poco tiempo después curaba del todo y envió por ferrocarril un ladrillo con la dirección. Pensad en mi sorpresa al recibirlo. Lo agarré, lo hice deshacer para ver si había dinero dentro. No había nada. Estaban muchos presentes, y entre ellos el clérigo Dalmazzo. Lo tomé a burla; no sabía de dónde venía: junto a la dirección solamente se leía como firma: un cura pobre. >>De allí a algún tiempo llegó el presbítero Ghisolfi en persona al Oratorio y preguntó si había recibido el ladrillo. >>-íAh!, >>es usted quien lo ha enviado?, dijo don Bosco. >>-íPrecisamente!, respondió Ghisolfi. ((**It8.937**)) >>-íUn Teólogo perfecto!, exclamé. >>Pero Ghisolfi, muy serio, respondió: >>-Creía yo que con el Señor había que cumplir la promesa a la letra. >>Después también él se echó a reír y entregó una limosna en vez del ladrillo. Había hecho ya otras con anterioridad>>. Al llegar a este punto el Venerable volvióse con una sonrisa expresiva a los sacerdotes forasteros, los cuales inmediatamente añadieron: -íHemos entendido! íMuy bien! Don Bosco dijo a uno: -íLas gracias de la Virgen son continuas! Casi todos los días llegan cartas anunciándome gracias recibidas de María Auxiliadora. Recibí una limosna de veinticuatro moneditas de cinco céntimos de un pobre viejecito, que vino a mi habitación arrastrándose sobre dos muletas y se marchó con ellas al hombro. Sonó la campana, se rezaron las oraciones, subió don Bosco a la tribuna y, después de haberse referido a la curación del lisiado, contó la historia de la curación obtenida en Acqui. Cada día, queridos hijos míos, vemos que se operan grandes maravillas por intercesión de María Auxiliadora. Hace pocos días llegó aquí, a mi habitación, un lisiado con muletas, y por intercesión de esta buena Madre salió llevándoselas a cuestas. Ahora quiero contaros otro hecho prodigioso. Hoy me han enviado una limosna por la curación de una mujer que se creía endemoniada. (**Es8.795**))
<Anterior: 8. 794><Siguiente: 8. 796>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com