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((**Es8.429**) se ha presentado inesperadamente, no se ha podido preparar todo lo que se había reunido para llevarse consigo como equipo, pero se le mandará por ferrocarril apenas se pueda. Mientras tanto, incluyo en la presente un giro bancario de sesenta liras. No sé decirle cuánto podré mandar en adelante, ya que hoy, íprecisamente hoy, día de fiesta y en el momento en que escribo, me despojan de los bienes de la Mesa Episcopal y del Seminarioí Y ía saber lo qué será despuésí Dios nos ayude. ((**It8.504**)) El muchacho se llama Eugenio Folloni; viven sus padres, Angel y María Davaglio; nació y fue bautizado el 18 de marzo de 1853 en la parroquia de San Roque de Guastalla; ha recibido ya el sacramento de la confirmación y ha sido admitido a los de la confesión y comunión. Es pobre de solemnidad, pero de buen carácter, despierto de mente y con muchas ganas de aprender. Una verdadera casualidad, que puede indicar una particular disposición de la Providencia, es que el muchacho dice y sostiene (es el párroco quien escribe) que muchos días antes de que yo volviese del domicilio forzoso, rezaba por mí y que el Señor le ha recompensado. Entre los muchachos que salieron a mi encuentro, cuando llegué a San Roque, estaba también éste; yo pensé enseguida en don Bosco y dije: -Si se lo pudiese enviar... Y hablando con el párroco, las cosas salieron como usted ve. >>Será el muchacho uno de ésos a los que conduce la Providencia por caminos inesperados a fines imprevistos? Esperémoslo. Mientras se lo recomiendo, le doy las más sinceras gracias. Así aumentan mis deudas con usted. Me encuentro en Guastalla bastante tranquilo, porque el Gobierno se mantiene fuerte. Pero >>de qué vale tal protección, si después...? El recibimiento y las atenciones del clero y de los seglares de la ciudad, hasta ahora se pueden resumir en una palabra; al revés de lo que se le hizo al cardenal De Angelis. íPaciencia! Ayer fui a presidir la función de la Inmaculada en una parroquia de la diócesis de Reggio. Qué diferenciaí Llegué la víspera al atardecer, confesamos hasta casi las diez; por la mañana se empezó a las cuatro; hubo una numerosa Comunión general; me parecía encontrarme en una de esas parroquias tan alabadas del Piamonte. Y todo, ífruto del trabajo de un sacerdote! Basta; he de acabar porque hay que dejar en libertad al muchacho y a quien le ha de llevar hasta Reggio. Salúdeme muchísimo a todos los sacerdotes, clérigos, seculares, empleados y muchachos de la Casa. Ruegue y haga rogar por mí y por mi diócesis y créame siempre, como de corazón y con el mayor aprecio me profeso, De usted, queridísimo don Bosco, Su afectísimo y seguro servidor >> PEDRO, Obispo de Guastalla La antipática y calumniosa persecución contra el clero y la depredación de todos los bienes eclesiásticos debían desaconsejar a muchos padres de poca fe a la hora de dar permiso a sus hijos, que deseaban consagrarse al servicio de Dios en el estado eclesiástico o religioso. Por eso ((**It8.505**)) el folleto de las Lecturas Católicas del mes de diciembre se titulaba: Valentín o la vocación impedida: Episodio contemporáneo expuesto por el sacerdote Juan Bosco. Narra el librito las consecuencias de la perversión de un pobre joven procurada (**Es8.429**))
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