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((**Es8.207**) Ahora, debido al nuevo Oratorio y a la apremiante urgencia tenida este año para proveerlo de paramentos sacerdotales y diversos objetos litúrgicos, me animo, no solamente a renovar la petición sino a suplicar encarecidamente a V. S. que aumente el subsidio conforme su caridad le sugiera. Los jóvenes abandonados, que en gran número se reúnen en dichos lugares, se unen a mí para invocar la bendición del cielo sobre V. E. y sobre todos sus bienhechores, mientras en nombre de todos tengo el alto honor de profesarme con gratitud De V. E. Turín, 2 de noviembre de 1865 Su humilde servidor JUAN BOSCO, Pbro. ((**It8.234**)) Esta petición fue puesta al cuidado del Comendador Fenoglio, Administrador General de Turín: Benemérito señor Comendador: Nuestras necesidades se renuevan, más aún se multiplican, y por eso me atrevo a recurrir de nuevo a su reconocida caridad; le recomiendo el escrito que adjunto rogándole le dé curso, ya que no estoy seguro de si basta mandarlo a V. S. o si hay que enviarlo a Florencia. Perdone la libertad con que le escribo; su bondad y cortesía me han inspirado la mayor confianza. Le deseo que el Cielo le conceda salud y gracia, mientras tengo el honor de ofrecerme respetuosamente con todo mi aprecio y estima. De V.S. Turín, 2 de noviembre de 1865 Su seguro servidor JUAN BOSCO, Pbro. Fue nombrado Director del Colegio de Lanzo don Juan Bonetti, de Caramagna. Don Bosco le presentó al Vicario, monseñor Zappata, con una carta en la que se ve cómo él siempre tendía una mano amiga a los sacerdotes desgraciados que habían olvidado su dignidad y sus deberes. De vez en cuando, varios Obispos o Vicarios capitulares de Piamonte y también de alguna diócesis de Lombardía, mandaban al Oratorio a sacerdotes suspendidos a divinis para que allí, bajo la dirección de don Bosco, tendiesen a su reforma moral. El Siervo de Dios se prestaba con gusto a esta obra de caridad, aunque en alguna ocasión quedaran fallidas sus esperanzas. Parecía en aquellos meses que los pobrecitos cambiaban de vida y tal vez la mudaban realmente, pero, al rehabilitarse, y lejos de don Bosco, no tardaban en volver (**Es8.207**))
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