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((**Es8.139**) las fiestas escolares y religiosas, y cuando aparecía en los patios, en las clases, en el salón de estudio, en los talleres y hasta en las calles de la ciudad. Por dos veces vimos nosotros mismos un grupo de ochenta alumnos que volvían de paseo y, al encontrarse con don Bosco en una plaza llena de gente, rompieron filas, corrieron a su encuentro y se amontonaron a su alrededor para besarle la mano. El final del mes de junio trajo, junto con la alegría de la fiesta de san Luis, una gran pena para todos los miembros de la Pía Sociedad. El director de Lanzo, don Domingo Ruffino, había sido trasladado con grandes cuidados al Oratorio y había suscitado una inmensa compasión, sólo al ver cómo le sacaban del coche en condiciones tan desesperadas. ((**It8.152**)) El prefecto, don Francisco Provera, había dado la noticia a Mirabello, añadiendo lo que don Bosco había manifestado con respecto al colegio de Lanzo. Don Miguel Rúa le respondió: <>Hemos celebrado la de san Luis con procesión de la estatua del Santo regalada por los socios de la Compañía. Se representó, además, una comedia teatral cuyo argumento eran las luchas que tuvo que sostener san Luis para hacerse religioso, comedia que en varias ocasiones nos hizo derramar lágrimas de ternura y que dejó las mejores impresiones en los que supieron entenderla>>. El protagonista fue Luis Lasagna, alumno aquel año en Mirabello, y de tal modo se posesionó de su papel, que se dejó vencer por la llamada del Señor y se hizo salesiano. Don Miguel Rúa añadía: <>. Mientras tanto la tipografía del Oratorio continuaba sus trabajos. En el mes de julio salió el opúsculo de las Lecturas Católicas, titulado (**Es8.139**))
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